Este es el Blog de la Catedra de Psicología Perinatal de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos aires, Argentina. Aquí usted podrá encontrar publicaciones, notas, investigaciones en curso y eventos relacionados con el campo de la Psicología Perinatal.
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Si estás ineresad@ en recibir información sobre novedades perinatales UBA - CIIPME - CONICET, envía un mail con el asunto "mailing perinatal" al siguiente e-mail:
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domingo, 20 de diciembre de 2009
Invitaciones a Seminarios, Charlas y Conferencias
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viernes, 18 de diciembre de 2009
¿Qué es la E.A.I.S.?
La Escala Argentina de Inteligencia Sensorio motriz (EAIS), fue elaborada en 2002, en base a una muestra de 323 bebés de entre 6 y 24 meses para determinar en qué etapa de la inteligencia práctica se encuentra el niño. Así, se puede detectar a tiempo alteraciones cognitivas y evitar su deterioro.
Esto es de vital importancia porque en el periodo que va desde el nacimiento hasta los dos años del niño, la inteligencia se caracteriza por ser la capacidad de resolver problemas, mediante las percepciones, las actitudes, el tono, los movimientos, antes de la aparición del lenguaje verbal. Esta es la etapa que se llama Inteligencia sensorio-motriz o inteligencia práctica. Es cuando el niño comienza a relacionar objetos y actos, distinguiendo los medios de los fines, teniendo en cuenta los resultados obtenidos, buscando conseguirlos de manera intencional, comenzando a utilizar procesos de inferencias.
Período sensoriomotriz :
El período de la Inteligencia Sensorio-Motriz, se divide a su vez en seis estadíos.
Ø Estadío I: Las adaptaciones sensorio-motrices elementales
Ø Estadío II: Las primeras adaptaciones adquiridas y las reacciones circulares primarias
Ø Estadío III: Las adaptaciones sensorio-motrices intencionales
Ø Estadío IV: La coordinación de esquemas secundarios y su aplicación en nuevas situaciones
Ø Estadío V: La reacción circular terciaria y el descubrimiento de los medios nuevos por experimentación activa
Ø Estadío VI: Invención de medios nuevos por combinación mental
Este estadío marca el fin del período sensorio-motriz y la transición al período siguiente: el inicio de la Función simbólica. Es cuando el niño puede combinar mentalmente los esquemas con posibilidad de resolver algunos problemas por deducción, invención de nuevos medios y comienzo de evocaciones representativas. La inteligencia sensorio-motriz va transformándose en inteligencia reflexiva o representativa. Este estadío está comprendido entre los 17 y los 24 meses.
La Dra. Alicia Oiberman, investigadora Independiente del Ciipme- Conicet, explica que “la Escala nace a partir de la necesidad de adaptar en la población argentina, pruebas sobre el período sensoriomotriz de 6 a 24 meses y los resultados de este trabajo fueron tan interesantes que en 2008 se editó, desde este centro, el libro “Nacer y pensar. Aplicación, aplicación de la Escala Argentina de Inteligencia Sensorio motriz”.
Esto es de vital importancia porque en el periodo que va desde el nacimiento hasta los dos años del niño, la inteligencia se caracteriza por ser la capacidad de resolver problemas, mediante las percepciones, las actitudes, el tono, los movimientos, antes de la aparición del lenguaje verbal. Esta es la etapa que se llama Inteligencia sensorio-motriz o inteligencia práctica. Es cuando el niño comienza a relacionar objetos y actos, distinguiendo los medios de los fines, teniendo en cuenta los resultados obtenidos, buscando conseguirlos de manera intencional, comenzando a utilizar procesos de inferencias.
Período sensoriomotriz :
El período de la Inteligencia Sensorio-Motriz, se divide a su vez en seis estadíos.
Ø Estadío I: Las adaptaciones sensorio-motrices elementales
Ø Estadío II: Las primeras adaptaciones adquiridas y las reacciones circulares primarias
Ø Estadío III: Las adaptaciones sensorio-motrices intencionales
Ø Estadío IV: La coordinación de esquemas secundarios y su aplicación en nuevas situaciones
Ø Estadío V: La reacción circular terciaria y el descubrimiento de los medios nuevos por experimentación activa
Ø Estadío VI: Invención de medios nuevos por combinación mental
Este estadío marca el fin del período sensorio-motriz y la transición al período siguiente: el inicio de la Función simbólica. Es cuando el niño puede combinar mentalmente los esquemas con posibilidad de resolver algunos problemas por deducción, invención de nuevos medios y comienzo de evocaciones representativas. La inteligencia sensorio-motriz va transformándose en inteligencia reflexiva o representativa. Este estadío está comprendido entre los 17 y los 24 meses.
La Dra. Alicia Oiberman, investigadora Independiente del Ciipme- Conicet, explica que “la Escala nace a partir de la necesidad de adaptar en la población argentina, pruebas sobre el período sensoriomotriz de 6 a 24 meses y los resultados de este trabajo fueron tan interesantes que en 2008 se editó, desde este centro, el libro “Nacer y pensar. Aplicación, aplicación de la Escala Argentina de Inteligencia Sensorio motriz”.
Evaluación del desarrollo de la Inteligencia en Bebés
ADMINISTRACIÓN DE LA E.A.I.S.
(ESCALA ARGENTINA DE INTELIGENCIA SENSORIO-MOTRIZ)
Autoras: Dra. Alicia Oiberman, Lic. Mariela Mansilla y Lic. Liliana Orellana
CIIPME-CONICET
Autoras: Dra. Alicia Oiberman, Lic. Mariela Mansilla y Lic. Liliana Orellana
CIIPME-CONICET
El equipo de Psicología Perinatal tiene su sede de trabajo en el CIIPME (Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental), dependencia del CONICET.
Solicite su turno al (011)- 4953-1477 Dirección: Tte. Gral. Juan D. Perón 2158 CABA.
Hospitales en que el Equipo de Psicología Perinatal trabaja: Ana Goitía (Avellaneda), Meléndez, (Adrogué), Naval Pedro Mallo y Fundación Hospitalaria .Saavedra-(CABA).
Consultorios particulares en donde se desarrolla la Evaluación del Desarrollo por miembros del Equipo de Psicología Perinatal UBA-CIIPME-CONICET: Quilmes, Bernal, Avellaneda, Lanús, CABA (Belgrano - Barrio Norte- Once - Almagro - Devoto),San Isidro, Escobar. Solicite su turno en psicologiaperinatal@gmail.com

martes, 17 de noviembre de 2009
• 66 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
Dra. Alicia Oiberman
Psicóloga concurrente. Consultorio Docente de Atención Pediátrica Primaria
Hospital Materno Infantil Ramón Sardá
Resumen
Tanto la maternidad como la paternidad son
procesos complementarios que se desenvuelven
dentro de una estructura cultural y familiar existentes.
Desde el punto de vista de la biología, el papel del
macho es el de propagar la especie. Pero la conducta
humana excede dicha función. Si bien en la mayoría
de las culturas el padre tiene un rol secundario
en la crianza de los hijos, no podemos decir que es
la madre la única con la posibilidad de estar a cargo
de sus descendientes.
Históricamente, a diferencia de la madre, las
funciones del padre dentro de la familia estuvieron
más alejadas de las raíces instintivas, modificándose
en las distintas épocas.
Se han producido cambios en el rol paterno a lo
largo de la historia. Hacia fines del siglo XIX aparece
el padre como modelo de moral cristiana, más tarde
aparece el padre como soporte económico.
Alrededor de la década del 30, emerge un padre
como modelo de identificación sexual. Es a partir de
los años 70 que aparece el padre nutricio o mejor
dicho la etapa del amor paternal.
Numerosas investigaciones dan cuenta del hecho.
No sólo la causa del cambio tiene relación con
la incorporación de la mujer al mercado laboral,
sino que esta actitud del hombre hacia sus hijos,
está relacionada con una nueva visión de su identidad
masculina.
Palabras claves: paternidad-bebé- primera infancia.
l. Introducción
Ser padre es un proceso gradual que comienza
con la decisión de tener y hacerse cargo de un niño.
Tanto la maternidad como la paternidad son
procesos complementarios que se desenvuelven
dentro de una estructura cultural y familiar existentes.
Tradicionalmente los padres –en nuestra cultura–
tenían el rol de ser los proveedores del soporte
material de los hijos y de la esposa. Esta concepción
ha ido transformándose en los últimos 30 años: la
incorporación de la mujer al mercado de trabajo y
una nueva visión del hombre fueron los hitos principales
para esta transformación.
La palabra “padre” proviene del latin “pater”, y
significa “varón o macho que ha engendrado” según
el Diccionario de la Real Academia Española.
Desde el punto de vista de la biología, el papel del
macho es el de propagar la especie. Pero la conducta
humana excede dicha función: si bien en la mayoría
de las culturas el padre tiene un rol secundario
en la crianza de los hijos no podemos decir –desde
el punto de vista biológico– que es la madre la
“única” con la posibilidad de estar a cargo de sus
descendientes.
Escasas culturas en el mundo son la excepción a
esta idea.
En efecto, los Trobrianders de Melanesia participan
en el cuidado, alimentación y sostenimiento de
sus hijos. De igual manera lo realizan los Tauro de
Okinawa y los Ilocos de las islas Filipinas.
En cuanto a las distintas especies animales, nos
encontramos con diferentes conductas entre los
machos en lo referente a las crías.
Algunos fertilizan los huevos a través de una
conducta de cortejo, o seguido por un contacto con
la hembra y la cría.
Entre los mamíferos se encuentran conductas
parentales activas en el cuidado de la prole. Por
ejemplo, entre los roedores, es el macho quien lava
a sus hijitos, o ante la destrucción del nido, ayuda a
la hembra en su traslado.
En efecto, se puede observar cómo para algunas
especies animales, la conducta parental excede la
función de procreación, poniendo en evidencia comportamientos
de cuidado y protección de la cría, al
igual que la especie humana.
En esta última, la paternidad no es solamente un
La relación padre-bebé: una revisión bibliográfica • A. Oiberman • 67 •
logro biológico sino que supera la función de procreación,
modificándose de acuerdo a las condiciones
históricas y culturales.
La raíz biológica de la paternidad se situa en la
pulsión instintiva de supervivencia, es el deseo del
hombre sobrevivir en el hijo, otorgándole su nombre.
A pesar que durante muchos años el padre fue
una necesidad biológica, pero un accidente social,
la paternidad puede ser definida como el proceso
psicoafectivo por el cual un hombre realiza una
serie de actividades en lo concerniente a concebir,
proteger, aprovisionar y criar a cada uno de los
hijos jugando un importante y único rol en el desarrollo
del mismo, distinto al de la madre.
La relación padre-niño es un doble proceso por el
cual el hijo influencia sobre el padre y este último
sobre el niño.
La paternidad es tan enriquecedora para el hijo
como para el padre.
Escribe Ajurriaguerra(1): “Por el juego de las identificaciones,
el padre es a menudo él mismo, y lo que
los padres ofrecen a sus hijos, no es sólo lo que ellos
eran, sino también, el reflejo de lo que han llegado a
ser a través del hijo” (pág. 771).
2. La paternidad: algunos antecedentes
en los últimos cien años
Históricamente, a diferencia de la madre, las
funciones del padre dentro de la familia estuvieron
más alejadas de las raíces instintivas, modificándose
en los distintas épocas.
A pesar de no poseer la evidencia biológica de la
maternidad, su rol estuvo siempre escrito en la ley
social. Su función simbólica era tan fuerte, que él
podía prescindir de las relaciones privadas con el
hijo (Castelian-Meunier en l99l)(2).
Un estudio realizado por M. Lamb(3-4), expresa
muy claramente los cambios producidos en el rol
paterno en la historia norteamericana. Con algunas
variaciones, el mismo puede reflejar las características
de dicha evolución en la sociedad occidental
en su conjunto:
Padre como modelo de moral cristiana
Esta etapa se extiende desde la época colonial
hasta fines del siglo XIX. El principal rol paterno era
otorgar a sus hijos una educación cristiana. Un buen
padre era aquel que trasmitía la imagen y el modelo
de “buen cristiano”. La educación cristiana y las
buenas costumbres eran entonces, su tarea fundamental.
Padre como modelo de soporte económico
(comienzos del S. XX)
La industrialización condujo a un modelo diferente
de padre. La necesidad imperativa del hombre
de pasar la mayor parte de su jornada en las fábricas,
produjo un cierto cambio en la conceptualización
del rol paterno. Su función principal fue la de
constituirse en el soporte económico de la familia,
delegando en manos de la madre la crianza y educación
de los hijos. Un “buen padre” era aquél que
proveía materialmente a sus hijos.
Padre como modelo de identificación sexual
A partir de la década del 30, y como resultado de
la Gran Depresión (l929), y más tarde aún, luego de
los cambios producidos por la Segunda Guerra Mundial
(l939-l945), surge en los países occidentales una
nueva concepción de la paternidad.
En efecto, la crisis de los años 30 produjo un
enorme disloque en las estructuras familiares, ya
que,en general, fue el padre quien se quedó sin
empleo. Por lo tanto, el rol de proveedor era difícil
de ser cumplido.
Por otra parte, la partida de los hombres al ejército
durante la Segunda Guerra Mundial, dejó puestos
de trabajo –exclusivamente masculinos– que
comenzaron a ser ocupados por mujeres. Los roles
empiezan a cambiar. La necesidad de un modelo
paterno y la ausencia del mismo son vividas muy
dramáticamente por los hijos, especialmente varones,
en aquellos países que sufrieron las consecuencias
de la guerra.
Investigadores del tema, tales como Levy (l943)(5)
y Strecker, en l946(6), expresan la necesidad de la
sociedad americana de esa época, de contar con un
fuerte modelo parental, en beneficio del bienestar
psíquico de los niños.
Padre “ nutricio”, o etapa del amor parental
(años 70)
Es sobre todo en la década del 70 cuando surge
una nueva imagen paterna. El padre ocupa un espacio
mucho más importante en la crianza de los hijos.
En parte, la incorporación de la mujer al mercado
de trabajo, y por ende, su salida como “reina del
hogar”, ha provocado la aparición de un nuevo modelo
de pareja parental. Ambos comparten habitualmente
las tareas del hogar y la crianza de los hijos.
Por otro lado, la llamada “ revolución masculina”
de fines de este milenio ha influenciado en este
cambio de actitud del hombre hacia sus hijos.
En efecto, una nueva generación de padres descubrió
–a diferencia de sus predecesores– que po•
68 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
dían cambiar al bebé, acariciarlo, alimentarlo,
jugarle, y todo ello sin perder su virilidad.
Así es como comenzaron a cambiar diversas costumbres:
por ejemplo, se incluyó al padre en el
momento del parto y, en algunas sociedades se
instituyó la licencia optativa por paternidad (Suecia
es uno de los países pioneros en estos cambios).
En la vida cotidiana cada vez es más común
observar padres llevando sus bebés en brazos, subiendo
con ellos a los medios de transporte o llevándolos
a las plazas.
Incluso, desde la publicidad, hay en juego una
nueva imagen masculina que intenta servir de modelo.
Podemos pensar que un pionero de este cambio
fue Charles Chaplin, en la película The Kid (El
pibe) realizada en los años 20, donde se encuentra
un hombre muy modesto que encuentra a un bebé y
es él mismo quien lo cría solo, llevándoselo a vivir a
su casa.
Sintetizando, vemos cómo el padre se va alejando
de su antigua imagen construyendo una nueva.
Dice Badinter (7): “ El amor paternal está haciendo
su aparición en la historia de los sentimientos, luego
de haberse despojado de su imagen autoritaria” (pág.
304, l980).
3. El hombre y su masculinidad
Uno de los hechos más notables del fin de este
milenio es el cambio que se está produciendo en
forma “subterránea” entre los hombres. Pues no se
puede pensar que la causa de la aparición del amor
paternal tiene relación sólo con la incorporación de
la mujer al mercado laboral. Este cambio en la actitud
del hombre hacia sus hijos está relacionado con
la identidad masculina.
Trabajos de diversos investigadores, como
Badinter (l992)(8) y Sinay (1994)9, demuestran el
interés que ha tomado este tema, llamado la “Revolución
Masculina”. Este movimiento de los hombres
es considerado por muchos autores el primer proceso
social postmoderno.
El mismo intenta recuperar al hombre natural, ya
que –según sus seguidores– desde la época de la
revolución industrial en adelante, el hombre fue
alejado por la cultura y los mandatos educativos de
lo “masculino profundo”.
“Ese alejamiento ha traído una herida profunda en
el alma masculina, una congoja dolorosa y silenciosa
que no deja de ahondarse”(Sinay)(9).
Según este enfoque, el hombre de la era
industrialista ha sido convertido en una máquina
productiva y por lo tanto, en ese camino se alejó de
sus hijos y también de sus propios sentimientos.
Durante este siglo el camino de la paternidad ha
estado estrechamente ligado al transitado por los
hombres. En la segunda mitad de este siglo, los
hombres han atravesado tres modelos:
3.1. En los años 50 surge el “macho” fuerte, de
pocas palabras y mucho silencio; proveedor y
sin demasiados espacios para desarrollar su
sensibilidad. Este hombre cumplió el rol de
padre “nutricio” con sus hijos, pero manteniéndose
alejado de ellos.
3.2. Al calor del feminismo, de los movimientos
pacifistas en los años 60 aparece un “hombre
cuestionador” (Sinay, l994)(9). Es en estos años
cuando se introdujeron nociones más flexibles
y reflexivas sobre la paternidad.
3.3. En los 70 hizo su aparición el “hombre sensitivo”,
quien comenzaba a tomar conciencia de su
responsabilidad con la naturaleza y con los
hijos. En esta década, el hombre aparecía como
más débil frente a la mujer, pues, si bien atendía
los reclamos más sensibles, no planteaba
sus propias necesidades.
En el terreno de las investigaciones, las mismas
se refirieron a la capacidad del padre de estar junto
a sus hijos, pero equiparando e igualando sus funciones
a las de la madre, sin llegar a captar cuáles
eran específicamente las funciones paternales que
colaboran con el desarrollo del hijo. En efecto, observamos
que la capacidad paternal quedó reprimida
en pos de un rol que la sociedad ha marcado.
Generaciones enteras de hombres tuvieron a padres
que les mostraban su “blindaje”. Trataban a
sus hijos –especialmente varones– de la única manera
en que habían aprendido a tratar a otro varón.
Sin embargo estas concepciones comienzan a
cambiar. La revolución de la masculinidad –fenómeno
que se perfila como un hecho social del fin del
Siglo XX– tiene como uno de sus ejes principales el
cambio del rol paterno.
Pues si bien sabemos que sólo una mujer puede
convertir un embrión en niño, sólo un hombre puede
convertir a un niño en hombre.
Para ello es necesario que el hombre recorra un
camino: el del redescubrimiento de las auténticas
potencialidades masculinas no ejercidas.
La relación padre-bebé: una revisión bibliográfica • A. Oiberman • 69 •
4. Paternidad:
distintas conceptualizaciones
En los últimos 30 años diversos conceptos surgieron
de distintos investigadores, fortaleciendo la
idea del “nuevo padre”. Este concepto, tiene su
origen en trabajos realizados por antropólogos, investigadores
con enfoque psicoanalítico y otras líneas
de trabajo. (Greenberg y Morris, l982(10); Munder
Ross, l982(11); Rascovsky, l98l(12)).
Las siguientes son algunas de estas conceptualizaciones:
a) El modelo de “nuevo padre” (New Father)
En términos generales, se define como “nuevo
padre” a aquél que se compromete con los cuidados
y la crianza de sus hijos biológicos. Así, los elementos
que integran la nueva conducta paternal son: la
interacción, la accesibilidad, la responsabilidad.
Interacción: se conceptualiza tomando en cuenta
el tiempo que el padre comparte con su hijo realizando
actividades conjuntas.
Accesibilidad: es la posibilidad que tiene el niño
de contar con el padre para interactuar.
Responsabilidad: se refiere a la función que asume
el padre en lo referente a las actividades de los
niños, como por ejemplo, escolaridad, salud, reuniones
sociales, etc.
En relación al último componente, investigaciones
realizadas demostraron que existe un mayor
tiempo de dedicación de los padres a actividades de
interacción, en detrimento de actividades de responsabilidad,
que caen cotidianamente en manos
de las madres. (Yodman, l982 )(13)
Otras investigaciones realizadas en EE.UU., demostraron
lo siguiente:
Comparando el tiempo que los padres pasaban
junto a sus hijos, entre l977 y l98l, el mismo aumentó
un 7% (Yogman, l982)(13). Ello implica que la actividad
materna se mantuvo con pocos cambios en
estos años, mientras que ocurrió lo contrario con
los padres.
b) El padre como agente emocional
del recién nacido
Parke y Tinsley (l987)(14) demostraron que el esposo
actúa como soporte emocional de la madre en
el período posterior al nacimiento del bebé. Esto ya
fue planteado por Winnicott (l975) al considerar
que la madre, para ofrecer un buen “holding” a su
bebé necesita ella misma estar adecuadamente sostenida
por su pareja.
Según estos autores, las necesidades del bebé
son percibidas por el padre, complementando las
actividades de la madre.
Sin embargo, el nivel de soporte emocional del
padre hacia la madre está alterado, generalmente,
por la extensión del horario de trabajo de los padres,
y la escasa permanencia en el hogar.
De todas formas, el cambio de algunas prácticas
médicas: el ingreso de los padres a la sala de cuidados
intensivos del bebé, la permanencia de bebés
prematuros durante tiempos prolongados en dichas
salas y las frecuentes visitas de sus padres,
son situaciones que produjeron un fuerte impacto
en el compromiso paternal.
c) La concepción psicoanalítica
de la paternidad
Para Freud y sus seguidores es la madre el personaje
más importante en las primeras etapas de la
vida, y representa el objeto privilegiado del amor
del niño. El padre comenzará a ocupar un lugar
importante en su vida psíquica recién en la fase
edípica, y a través de las fantasías de castración. El
padre representa un elemento separador de la díada
madre-niño, insertándose precozmente entre ellos
(Lebovici y Cremieux, l970)(15).
Mahl (l982)(16), quien realizó una revisión de la
evolución de las ideas de Freud a propósito de la
relación padre-hijo, descubrió una temprana psicología
padre-hijo, subyacente a la teoría de la interpretación
de los sueños.
En efecto, fue este autor quien descubre –investigando
en la temática de los sueños analizados por
Freud– aspectos teóricos acerca de la relación padre-
hijo que van más allá del descubrimiento del
complejo de Edipo.
Sin embargo, con excepción de Mahl, la mayoría
de los trabajos de orientación psicoanalítica han
dado como seguro que es la madre quien tiene un
rol esencial en los primeros años de vida del niño.
Ella es la intermediaria necesaria entre el padre y el
niño (Winnicott, l975)(17).
Para Lacan (l966)(18), el padre es quien se introduce
entre la madre y el niño, provocando su separación
y permitiendo al hijo su acceso al mundo exterior.
El padre es la representación simbólica de la
ley y la autoridad.
En resumen, para el modelo psicoanalítico, el
padre representa el mundo exterior, la autoridad y
la ley. Su relación con los hijos está intermediada
por la madre siendo ella la figura esencial en las
primeras etapas de la vida.
• 70 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
5. La perspectiva de la
investigación sobre el paternaje:
Estudios sobre la
interacción padre-hijo
Lamb M (l980)(3), ha sido uno de los primeros en
trabajar e investigar la relación padre- bebé. Cuestiona
el concepto de Freud de que la relación madrehijo
es única, y el prototipo de las futuras relaciones
de amor. Sugiere como más razonable concebir el
desarrollo de la personalidad del niño, en el contexto
del sistema familiar en el cual el bebé se integra,
relacionándose con la madre, el padre y los hermanos.
Este investigador estudia la naturaleza del vínculo
padre-bebé. De acuerdo a sus estudios, durante el
primer año, los comportamientos de apego no varían
significativamente entre la madre y el padre. Pero, los
niños se relacionan con ambos padres en forma diferente.
Para lograr protección, ellos buscan primero a
la madre que al padre. Pero en situaciones tranquilas,
desde los l3 meses en adelante, se apegan a ambos
padres indistintamente. Los varones desarrollan preferencias
por su padre en el segundo año de vida.
Así como Lamb, otros investigadores han demostrado
que los lactantes viven de manera diferente
las experiencias que aportan sus madres y sus padres
(Kestenberg, l98l)(19).
Las interacciones padre-bebé tienen un caracter
más físico, más estimulante que la interacción madreniño.
Los padres realizan con sus hijos juegos más de
índole física que las madres.
La investigación de Power y Parke(13) realizada con
padres y bebés de ocho meses, concluyó que las
madres juegan con sus hijos mostrándoles un juguete,
hablándoles o moviéndoles el osito, mientras que los
padres realizaban juegos físicos con sus hijos.
Comportamiento paterno con respecto al sexo
Es Russell G (l978)(20) quien plantea que el rol del
sexo juega un importante factor en relación a la
participación del padre en el cuidado del niño pequeño.
El escribe que aquellos padres “androgynous”
participan más en los cuidados de los hijos de aquellos
padres descriptos como masculinos (25 % más
que los otros que sólo participan un l0%)
En relación al sexo de los hijos, se ha comprobado
la diferencia de comportamiento de los padres
frente a los niñas y a los varones (Block, l979)(21).
Varones y mujeres reciben diferentes mensajes de
sus padres, especialmente de sus papás: para los
varones el mensaje es “hazlo bien”, para las
niñas,“tómate tu tiempo” (Parke)(13).
En efecto, los padres pasan más tiempo con sus
hijas brindándoles más ayuda y protegiéndolas frente
a situaciones de competencia, mientras exigen a
sus hijos varones más conductas de éxito.
Por otra parte, siguiendo las investigaciones de
Berman y Pedersen(l987)(22), se comprobó que aquellos
bebés que alrededor de los cinco meses de edad
mantenían un estrecho contacto con el padre, podían
llegar a gozar de la presencia de otro adulto sin
mayores dificultades.
Los trabajos de Kotelchuk (l976)(23) comparando
tres grupos de niños, un grupo muy apegado al
padre, el segundo con una relación no tan estrecha
y un tercer grupo con padres desinteresados, demostraron
lo dicho anteriormente: aquellos niños
con estrecho contacto con el padre, aceptaban mejor
las situaciones y las personas extrañas.
Además de estos descubrimientos, la presencia
sistemática del padre desde los primeros meses de
vida del bebé estimula la relación del niño con sus
padres y su propia habilidad para hacerse de amigos
(Waters E. et al.)(24).
Se puede concluir que los padres juegan, evidentemente,
roles diferentes de las madres en el desarrollo
de la personalidad de los hijos. Los padres no
pueden ser considerados ocasionales sustitutos
maternos. Ellos interactuan con sus hijos en un
camino único e indiferenciable. Y las interacciones
maternas y paternas, tienen implicancias diferentes
en la vida psíquica de los niños.
6. Estudios de la presencia del padre
en el momento del nacimiento
En las últimas décadas la participación del padre
en el momento del nacimiento fue incrementándose.
Revistas de divulgación publicaron artículos sobre
la influencia positiva en la relación padre-bebé, a
partir de la presencia del mismo en el momento del
parto.
Las investigaciones sobre el tema han tenido en
cuenta las siguientes nociones (Palkovitz, l985)(25):
• El contacto temprano entre el padre y el bebé,
en la sala de partos o en los momentos inmediatamente
posteriores al mismo.
• El contacto extenso, que consiste en las posibilidades
que tiene el padre de interactuar con el niño,
en los días posteriores al parto, ya sea en el hospital
o en el hogar.
Con respecto al contacto temprano se observó
que el mismo incrementa y facilita el amor paternal.
La relación padre-bebé: una revisión bibliográfica • A. Oiberman • 71 •
Los padres que tuvieron a sus recién nacidos en
brazos, jugaban más con ellos a los 3 meses de edad,
que aquéllos que no habían participado de la experiencia
.
Sin embargo, otros estudios no encontraron diferencias
en las conductas posteriores de apego entre
los padres que presenciaron el parto y tuvieron un
contacto estrecho con el recién nacido , y los que no
pasaron por dicha experiencia (Greenberg y Morris,
l982)(10).
Según estudios transculturales, sobre l20 culturas
diferentes, tan sólo el 27% admite la presencia
del padre en el momento del parto (Palkovitz, l985)(25).
Un estudio particular: el “ engrossement”
En lo referente al contacto temprano, los estudios
de Greenberg y Morris (l0) arrojaron resultados
altamente satisfactorios.
En efecto, estos autores descubrieron –a través
de un estudio realizado sobre dos grupos de quince
padres: un grupo que participó en el parto y el otro
que no lo hizo– lo que ellos han denominado el
“engrossement”.
Para nuestra lengua no existe un vocablo que lo
pueda traducir. Esta expresión implica varias cosas
para el padre en el momento del nacimiento del hijo:
Se trataría de un potencial innato que tiene el
padre y se desarrolla en el momento del nacimiento.
Implica:
• estar totalmente absorvido por la presencia del
bebé.
• manifestar preocupación e interés ante el nacimiento
del hijo.
• expresar una emoción intensa ante el nacimiento.
• sentir una intensa y característica emoción al
verse convertidos en padres.
Este trabajo –exclusivamente basado en cuestionarios
entregados a los padres, tanto a los que
habían presenciado el parto como a los otros– arrojó
los siguientes resultados:
El 97% (27 sobre 30 padres) definió su propio
sentimiento paterno de medio a alto.
El 67% (20 sobre 30 papás) lo “verificó” inmediatamente
después del nacimiento. En este caso la
pregunta consistía en: “¿Cuándo se dieron cuenta
que el niño era suyo?”
El 97% (29 sobre 30 hombres) estaban satisfechos
con el sexo del bebé.
El 90% se consideraba capaz de distinguir sus
hijos de los otros. Los que presenciaron el parto lo
podían reconocer siempre, mientras que los otros
sólo podían reconocerlo algunas veces.
Por otra parte, ambos grupos no pudieron distinguir
el llanto de su bebé del de los otros (7 sobre 30
padres) y tampoco podían atribuír al llanto un determinado
significado (59%).
El 90 % estaba de acuerdo en compartir con la
mujer el cuidado del bebé.
Y el 77% se consideraban dispuestos a tomar el
bebé en brazos.
De las entrevistas surgieron las siguientes características
del “engrossement”:
1) Conciencia “visiba” del neonato: el padre lo
percibe como una criatura, como un individuo. Existe
una concientización del bebé, y ello es también
suscitado en el padre a través del rostro del hijo,
que repercute mucho en el padre.
2) Conciencia táctil del neonato: existe de parte
del padre un deseo y placer intenso ante el contacto
fisico con el hijito recién nacido.
3) Conciencia de las características del neonato:
los padres son concientes de las características del
bebé.
4) El bebé es percibido como perfecto.
5) El padre siente un fuerte sentimiento de atracción
en la confrontación con el hijo, que lo lleva a
centrar la atención en el mismo.
6) La paternidad es vivida como una experiencia
de extrema exaltación. Generalmente, en los primeros
momentos el padre esta como “fuera de sí”,con
una sensación de euforia. Casi todos los padres
probaban este sentimiento y lo mantenían hasta los
2 y 3 días después.
7) El padre –ante el nacimiento del hijo– adquiere
un mayor sentimento de autoestima.
“Tengo la sensación de haber obtenido algo de mí,
lo he hecho yo y es mío …” (dice un padre)(10).
Además la normal actividad del bebé y su comportamiento
amplian el “engrossement” del padre.
Sintetizando, se observa lo siguiente:
No hay diferencia significativa entre los padres
que asisten al parto de aquellos que no asisten. Los
primeros contactos con el hijo permiten el desarrollo
de este sentimiento que se intensifica ante la
actividad del recién nacido.
Para finalizar, se puede pensar que el padre es una
presencia vital, desde la cual el niño extrae los elementos
necesarios para articular su propia identidad.
Y, a pesar que el hombre tiene un equipo
psicobiológico innato menos dotado que el de la
mujer en relación a la crianza del bebé, ello no le
impide cumplir un rol en el cuidado del mismo.
Las diferencias en el estilo paternal y maternal
tienen que ver con las contribuciones biológicas
diferentes. La madre y el padre se complementan y
posibilitan mayores efectos en la socialización y
desarrollo del niño.
• 72 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
Bibliografía de referencia:
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Nadienegaráquelaeducacióndelajuventudesunodelasprincipalesobjetos
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suficientementedeestepunto, hanexperimentadogranperjuicio.
Aristóteles (384 a 322 a.C.)
LA RELACION PADRE-BEBE:
UNA REVISION BIBLIOGRAFICA
Dra. Alicia Oiberman
Psicóloga concurrente. Consultorio Docente de Atención Pediátrica Primaria
Hospital Materno Infantil Ramón Sardá
Resumen
Tanto la maternidad como la paternidad son
procesos complementarios que se desenvuelven
dentro de una estructura cultural y familiar existentes.
Desde el punto de vista de la biología, el papel del
macho es el de propagar la especie. Pero la conducta
humana excede dicha función. Si bien en la mayoría
de las culturas el padre tiene un rol secundario
en la crianza de los hijos, no podemos decir que es
la madre la única con la posibilidad de estar a cargo
de sus descendientes.
Históricamente, a diferencia de la madre, las
funciones del padre dentro de la familia estuvieron
más alejadas de las raíces instintivas, modificándose
en las distintas épocas.
Se han producido cambios en el rol paterno a lo
largo de la historia. Hacia fines del siglo XIX aparece
el padre como modelo de moral cristiana, más tarde
aparece el padre como soporte económico.
Alrededor de la década del 30, emerge un padre
como modelo de identificación sexual. Es a partir de
los años 70 que aparece el padre nutricio o mejor
dicho la etapa del amor paternal.
Numerosas investigaciones dan cuenta del hecho.
No sólo la causa del cambio tiene relación con
la incorporación de la mujer al mercado laboral,
sino que esta actitud del hombre hacia sus hijos,
está relacionada con una nueva visión de su identidad
masculina.
Palabras claves: paternidad-bebé- primera infancia.
l. Introducción
Ser padre es un proceso gradual que comienza
con la decisión de tener y hacerse cargo de un niño.
Tanto la maternidad como la paternidad son
procesos complementarios que se desenvuelven
dentro de una estructura cultural y familiar existentes.
Tradicionalmente los padres –en nuestra cultura–
tenían el rol de ser los proveedores del soporte
material de los hijos y de la esposa. Esta concepción
ha ido transformándose en los últimos 30 años: la
incorporación de la mujer al mercado de trabajo y
una nueva visión del hombre fueron los hitos principales
para esta transformación.
La palabra “padre” proviene del latin “pater”, y
significa “varón o macho que ha engendrado” según
el Diccionario de la Real Academia Española.
Desde el punto de vista de la biología, el papel del
macho es el de propagar la especie. Pero la conducta
humana excede dicha función: si bien en la mayoría
de las culturas el padre tiene un rol secundario
en la crianza de los hijos no podemos decir –desde
el punto de vista biológico– que es la madre la
“única” con la posibilidad de estar a cargo de sus
descendientes.
Escasas culturas en el mundo son la excepción a
esta idea.
En efecto, los Trobrianders de Melanesia participan
en el cuidado, alimentación y sostenimiento de
sus hijos. De igual manera lo realizan los Tauro de
Okinawa y los Ilocos de las islas Filipinas.
En cuanto a las distintas especies animales, nos
encontramos con diferentes conductas entre los
machos en lo referente a las crías.
Algunos fertilizan los huevos a través de una
conducta de cortejo, o seguido por un contacto con
la hembra y la cría.
Entre los mamíferos se encuentran conductas
parentales activas en el cuidado de la prole. Por
ejemplo, entre los roedores, es el macho quien lava
a sus hijitos, o ante la destrucción del nido, ayuda a
la hembra en su traslado.
En efecto, se puede observar cómo para algunas
especies animales, la conducta parental excede la
función de procreación, poniendo en evidencia comportamientos
de cuidado y protección de la cría, al
igual que la especie humana.
En esta última, la paternidad no es solamente un
La relación padre-bebé: una revisión bibliográfica • A. Oiberman • 67 •
logro biológico sino que supera la función de procreación,
modificándose de acuerdo a las condiciones
históricas y culturales.
La raíz biológica de la paternidad se situa en la
pulsión instintiva de supervivencia, es el deseo del
hombre sobrevivir en el hijo, otorgándole su nombre.
A pesar que durante muchos años el padre fue
una necesidad biológica, pero un accidente social,
la paternidad puede ser definida como el proceso
psicoafectivo por el cual un hombre realiza una
serie de actividades en lo concerniente a concebir,
proteger, aprovisionar y criar a cada uno de los
hijos jugando un importante y único rol en el desarrollo
del mismo, distinto al de la madre.
La relación padre-niño es un doble proceso por el
cual el hijo influencia sobre el padre y este último
sobre el niño.
La paternidad es tan enriquecedora para el hijo
como para el padre.
Escribe Ajurriaguerra(1): “Por el juego de las identificaciones,
el padre es a menudo él mismo, y lo que
los padres ofrecen a sus hijos, no es sólo lo que ellos
eran, sino también, el reflejo de lo que han llegado a
ser a través del hijo” (pág. 771).
2. La paternidad: algunos antecedentes
en los últimos cien años
Históricamente, a diferencia de la madre, las
funciones del padre dentro de la familia estuvieron
más alejadas de las raíces instintivas, modificándose
en los distintas épocas.
A pesar de no poseer la evidencia biológica de la
maternidad, su rol estuvo siempre escrito en la ley
social. Su función simbólica era tan fuerte, que él
podía prescindir de las relaciones privadas con el
hijo (Castelian-Meunier en l99l)(2).
Un estudio realizado por M. Lamb(3-4), expresa
muy claramente los cambios producidos en el rol
paterno en la historia norteamericana. Con algunas
variaciones, el mismo puede reflejar las características
de dicha evolución en la sociedad occidental
en su conjunto:
Padre como modelo de moral cristiana
Esta etapa se extiende desde la época colonial
hasta fines del siglo XIX. El principal rol paterno era
otorgar a sus hijos una educación cristiana. Un buen
padre era aquel que trasmitía la imagen y el modelo
de “buen cristiano”. La educación cristiana y las
buenas costumbres eran entonces, su tarea fundamental.
Padre como modelo de soporte económico
(comienzos del S. XX)
La industrialización condujo a un modelo diferente
de padre. La necesidad imperativa del hombre
de pasar la mayor parte de su jornada en las fábricas,
produjo un cierto cambio en la conceptualización
del rol paterno. Su función principal fue la de
constituirse en el soporte económico de la familia,
delegando en manos de la madre la crianza y educación
de los hijos. Un “buen padre” era aquél que
proveía materialmente a sus hijos.
Padre como modelo de identificación sexual
A partir de la década del 30, y como resultado de
la Gran Depresión (l929), y más tarde aún, luego de
los cambios producidos por la Segunda Guerra Mundial
(l939-l945), surge en los países occidentales una
nueva concepción de la paternidad.
En efecto, la crisis de los años 30 produjo un
enorme disloque en las estructuras familiares, ya
que,en general, fue el padre quien se quedó sin
empleo. Por lo tanto, el rol de proveedor era difícil
de ser cumplido.
Por otra parte, la partida de los hombres al ejército
durante la Segunda Guerra Mundial, dejó puestos
de trabajo –exclusivamente masculinos– que
comenzaron a ser ocupados por mujeres. Los roles
empiezan a cambiar. La necesidad de un modelo
paterno y la ausencia del mismo son vividas muy
dramáticamente por los hijos, especialmente varones,
en aquellos países que sufrieron las consecuencias
de la guerra.
Investigadores del tema, tales como Levy (l943)(5)
y Strecker, en l946(6), expresan la necesidad de la
sociedad americana de esa época, de contar con un
fuerte modelo parental, en beneficio del bienestar
psíquico de los niños.
Padre “ nutricio”, o etapa del amor parental
(años 70)
Es sobre todo en la década del 70 cuando surge
una nueva imagen paterna. El padre ocupa un espacio
mucho más importante en la crianza de los hijos.
En parte, la incorporación de la mujer al mercado
de trabajo, y por ende, su salida como “reina del
hogar”, ha provocado la aparición de un nuevo modelo
de pareja parental. Ambos comparten habitualmente
las tareas del hogar y la crianza de los hijos.
Por otro lado, la llamada “ revolución masculina”
de fines de este milenio ha influenciado en este
cambio de actitud del hombre hacia sus hijos.
En efecto, una nueva generación de padres descubrió
–a diferencia de sus predecesores– que po•
68 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
dían cambiar al bebé, acariciarlo, alimentarlo,
jugarle, y todo ello sin perder su virilidad.
Así es como comenzaron a cambiar diversas costumbres:
por ejemplo, se incluyó al padre en el
momento del parto y, en algunas sociedades se
instituyó la licencia optativa por paternidad (Suecia
es uno de los países pioneros en estos cambios).
En la vida cotidiana cada vez es más común
observar padres llevando sus bebés en brazos, subiendo
con ellos a los medios de transporte o llevándolos
a las plazas.
Incluso, desde la publicidad, hay en juego una
nueva imagen masculina que intenta servir de modelo.
Podemos pensar que un pionero de este cambio
fue Charles Chaplin, en la película The Kid (El
pibe) realizada en los años 20, donde se encuentra
un hombre muy modesto que encuentra a un bebé y
es él mismo quien lo cría solo, llevándoselo a vivir a
su casa.
Sintetizando, vemos cómo el padre se va alejando
de su antigua imagen construyendo una nueva.
Dice Badinter (7): “ El amor paternal está haciendo
su aparición en la historia de los sentimientos, luego
de haberse despojado de su imagen autoritaria” (pág.
304, l980).
3. El hombre y su masculinidad
Uno de los hechos más notables del fin de este
milenio es el cambio que se está produciendo en
forma “subterránea” entre los hombres. Pues no se
puede pensar que la causa de la aparición del amor
paternal tiene relación sólo con la incorporación de
la mujer al mercado laboral. Este cambio en la actitud
del hombre hacia sus hijos está relacionado con
la identidad masculina.
Trabajos de diversos investigadores, como
Badinter (l992)(8) y Sinay (1994)9, demuestran el
interés que ha tomado este tema, llamado la “Revolución
Masculina”. Este movimiento de los hombres
es considerado por muchos autores el primer proceso
social postmoderno.
El mismo intenta recuperar al hombre natural, ya
que –según sus seguidores– desde la época de la
revolución industrial en adelante, el hombre fue
alejado por la cultura y los mandatos educativos de
lo “masculino profundo”.
“Ese alejamiento ha traído una herida profunda en
el alma masculina, una congoja dolorosa y silenciosa
que no deja de ahondarse”(Sinay)(9).
Según este enfoque, el hombre de la era
industrialista ha sido convertido en una máquina
productiva y por lo tanto, en ese camino se alejó de
sus hijos y también de sus propios sentimientos.
Durante este siglo el camino de la paternidad ha
estado estrechamente ligado al transitado por los
hombres. En la segunda mitad de este siglo, los
hombres han atravesado tres modelos:
3.1. En los años 50 surge el “macho” fuerte, de
pocas palabras y mucho silencio; proveedor y
sin demasiados espacios para desarrollar su
sensibilidad. Este hombre cumplió el rol de
padre “nutricio” con sus hijos, pero manteniéndose
alejado de ellos.
3.2. Al calor del feminismo, de los movimientos
pacifistas en los años 60 aparece un “hombre
cuestionador” (Sinay, l994)(9). Es en estos años
cuando se introdujeron nociones más flexibles
y reflexivas sobre la paternidad.
3.3. En los 70 hizo su aparición el “hombre sensitivo”,
quien comenzaba a tomar conciencia de su
responsabilidad con la naturaleza y con los
hijos. En esta década, el hombre aparecía como
más débil frente a la mujer, pues, si bien atendía
los reclamos más sensibles, no planteaba
sus propias necesidades.
En el terreno de las investigaciones, las mismas
se refirieron a la capacidad del padre de estar junto
a sus hijos, pero equiparando e igualando sus funciones
a las de la madre, sin llegar a captar cuáles
eran específicamente las funciones paternales que
colaboran con el desarrollo del hijo. En efecto, observamos
que la capacidad paternal quedó reprimida
en pos de un rol que la sociedad ha marcado.
Generaciones enteras de hombres tuvieron a padres
que les mostraban su “blindaje”. Trataban a
sus hijos –especialmente varones– de la única manera
en que habían aprendido a tratar a otro varón.
Sin embargo estas concepciones comienzan a
cambiar. La revolución de la masculinidad –fenómeno
que se perfila como un hecho social del fin del
Siglo XX– tiene como uno de sus ejes principales el
cambio del rol paterno.
Pues si bien sabemos que sólo una mujer puede
convertir un embrión en niño, sólo un hombre puede
convertir a un niño en hombre.
Para ello es necesario que el hombre recorra un
camino: el del redescubrimiento de las auténticas
potencialidades masculinas no ejercidas.
La relación padre-bebé: una revisión bibliográfica • A. Oiberman • 69 •
4. Paternidad:
distintas conceptualizaciones
En los últimos 30 años diversos conceptos surgieron
de distintos investigadores, fortaleciendo la
idea del “nuevo padre”. Este concepto, tiene su
origen en trabajos realizados por antropólogos, investigadores
con enfoque psicoanalítico y otras líneas
de trabajo. (Greenberg y Morris, l982(10); Munder
Ross, l982(11); Rascovsky, l98l(12)).
Las siguientes son algunas de estas conceptualizaciones:
a) El modelo de “nuevo padre” (New Father)
En términos generales, se define como “nuevo
padre” a aquél que se compromete con los cuidados
y la crianza de sus hijos biológicos. Así, los elementos
que integran la nueva conducta paternal son: la
interacción, la accesibilidad, la responsabilidad.
Interacción: se conceptualiza tomando en cuenta
el tiempo que el padre comparte con su hijo realizando
actividades conjuntas.
Accesibilidad: es la posibilidad que tiene el niño
de contar con el padre para interactuar.
Responsabilidad: se refiere a la función que asume
el padre en lo referente a las actividades de los
niños, como por ejemplo, escolaridad, salud, reuniones
sociales, etc.
En relación al último componente, investigaciones
realizadas demostraron que existe un mayor
tiempo de dedicación de los padres a actividades de
interacción, en detrimento de actividades de responsabilidad,
que caen cotidianamente en manos
de las madres. (Yodman, l982 )(13)
Otras investigaciones realizadas en EE.UU., demostraron
lo siguiente:
Comparando el tiempo que los padres pasaban
junto a sus hijos, entre l977 y l98l, el mismo aumentó
un 7% (Yogman, l982)(13). Ello implica que la actividad
materna se mantuvo con pocos cambios en
estos años, mientras que ocurrió lo contrario con
los padres.
b) El padre como agente emocional
del recién nacido
Parke y Tinsley (l987)(14) demostraron que el esposo
actúa como soporte emocional de la madre en
el período posterior al nacimiento del bebé. Esto ya
fue planteado por Winnicott (l975) al considerar
que la madre, para ofrecer un buen “holding” a su
bebé necesita ella misma estar adecuadamente sostenida
por su pareja.
Según estos autores, las necesidades del bebé
son percibidas por el padre, complementando las
actividades de la madre.
Sin embargo, el nivel de soporte emocional del
padre hacia la madre está alterado, generalmente,
por la extensión del horario de trabajo de los padres,
y la escasa permanencia en el hogar.
De todas formas, el cambio de algunas prácticas
médicas: el ingreso de los padres a la sala de cuidados
intensivos del bebé, la permanencia de bebés
prematuros durante tiempos prolongados en dichas
salas y las frecuentes visitas de sus padres,
son situaciones que produjeron un fuerte impacto
en el compromiso paternal.
c) La concepción psicoanalítica
de la paternidad
Para Freud y sus seguidores es la madre el personaje
más importante en las primeras etapas de la
vida, y representa el objeto privilegiado del amor
del niño. El padre comenzará a ocupar un lugar
importante en su vida psíquica recién en la fase
edípica, y a través de las fantasías de castración. El
padre representa un elemento separador de la díada
madre-niño, insertándose precozmente entre ellos
(Lebovici y Cremieux, l970)(15).
Mahl (l982)(16), quien realizó una revisión de la
evolución de las ideas de Freud a propósito de la
relación padre-hijo, descubrió una temprana psicología
padre-hijo, subyacente a la teoría de la interpretación
de los sueños.
En efecto, fue este autor quien descubre –investigando
en la temática de los sueños analizados por
Freud– aspectos teóricos acerca de la relación padre-
hijo que van más allá del descubrimiento del
complejo de Edipo.
Sin embargo, con excepción de Mahl, la mayoría
de los trabajos de orientación psicoanalítica han
dado como seguro que es la madre quien tiene un
rol esencial en los primeros años de vida del niño.
Ella es la intermediaria necesaria entre el padre y el
niño (Winnicott, l975)(17).
Para Lacan (l966)(18), el padre es quien se introduce
entre la madre y el niño, provocando su separación
y permitiendo al hijo su acceso al mundo exterior.
El padre es la representación simbólica de la
ley y la autoridad.
En resumen, para el modelo psicoanalítico, el
padre representa el mundo exterior, la autoridad y
la ley. Su relación con los hijos está intermediada
por la madre siendo ella la figura esencial en las
primeras etapas de la vida.
• 70 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
5. La perspectiva de la
investigación sobre el paternaje:
Estudios sobre la
interacción padre-hijo
Lamb M (l980)(3), ha sido uno de los primeros en
trabajar e investigar la relación padre- bebé. Cuestiona
el concepto de Freud de que la relación madrehijo
es única, y el prototipo de las futuras relaciones
de amor. Sugiere como más razonable concebir el
desarrollo de la personalidad del niño, en el contexto
del sistema familiar en el cual el bebé se integra,
relacionándose con la madre, el padre y los hermanos.
Este investigador estudia la naturaleza del vínculo
padre-bebé. De acuerdo a sus estudios, durante el
primer año, los comportamientos de apego no varían
significativamente entre la madre y el padre. Pero, los
niños se relacionan con ambos padres en forma diferente.
Para lograr protección, ellos buscan primero a
la madre que al padre. Pero en situaciones tranquilas,
desde los l3 meses en adelante, se apegan a ambos
padres indistintamente. Los varones desarrollan preferencias
por su padre en el segundo año de vida.
Así como Lamb, otros investigadores han demostrado
que los lactantes viven de manera diferente
las experiencias que aportan sus madres y sus padres
(Kestenberg, l98l)(19).
Las interacciones padre-bebé tienen un caracter
más físico, más estimulante que la interacción madreniño.
Los padres realizan con sus hijos juegos más de
índole física que las madres.
La investigación de Power y Parke(13) realizada con
padres y bebés de ocho meses, concluyó que las
madres juegan con sus hijos mostrándoles un juguete,
hablándoles o moviéndoles el osito, mientras que los
padres realizaban juegos físicos con sus hijos.
Comportamiento paterno con respecto al sexo
Es Russell G (l978)(20) quien plantea que el rol del
sexo juega un importante factor en relación a la
participación del padre en el cuidado del niño pequeño.
El escribe que aquellos padres “androgynous”
participan más en los cuidados de los hijos de aquellos
padres descriptos como masculinos (25 % más
que los otros que sólo participan un l0%)
En relación al sexo de los hijos, se ha comprobado
la diferencia de comportamiento de los padres
frente a los niñas y a los varones (Block, l979)(21).
Varones y mujeres reciben diferentes mensajes de
sus padres, especialmente de sus papás: para los
varones el mensaje es “hazlo bien”, para las
niñas,“tómate tu tiempo” (Parke)(13).
En efecto, los padres pasan más tiempo con sus
hijas brindándoles más ayuda y protegiéndolas frente
a situaciones de competencia, mientras exigen a
sus hijos varones más conductas de éxito.
Por otra parte, siguiendo las investigaciones de
Berman y Pedersen(l987)(22), se comprobó que aquellos
bebés que alrededor de los cinco meses de edad
mantenían un estrecho contacto con el padre, podían
llegar a gozar de la presencia de otro adulto sin
mayores dificultades.
Los trabajos de Kotelchuk (l976)(23) comparando
tres grupos de niños, un grupo muy apegado al
padre, el segundo con una relación no tan estrecha
y un tercer grupo con padres desinteresados, demostraron
lo dicho anteriormente: aquellos niños
con estrecho contacto con el padre, aceptaban mejor
las situaciones y las personas extrañas.
Además de estos descubrimientos, la presencia
sistemática del padre desde los primeros meses de
vida del bebé estimula la relación del niño con sus
padres y su propia habilidad para hacerse de amigos
(Waters E. et al.)(24).
Se puede concluir que los padres juegan, evidentemente,
roles diferentes de las madres en el desarrollo
de la personalidad de los hijos. Los padres no
pueden ser considerados ocasionales sustitutos
maternos. Ellos interactuan con sus hijos en un
camino único e indiferenciable. Y las interacciones
maternas y paternas, tienen implicancias diferentes
en la vida psíquica de los niños.
6. Estudios de la presencia del padre
en el momento del nacimiento
En las últimas décadas la participación del padre
en el momento del nacimiento fue incrementándose.
Revistas de divulgación publicaron artículos sobre
la influencia positiva en la relación padre-bebé, a
partir de la presencia del mismo en el momento del
parto.
Las investigaciones sobre el tema han tenido en
cuenta las siguientes nociones (Palkovitz, l985)(25):
• El contacto temprano entre el padre y el bebé,
en la sala de partos o en los momentos inmediatamente
posteriores al mismo.
• El contacto extenso, que consiste en las posibilidades
que tiene el padre de interactuar con el niño,
en los días posteriores al parto, ya sea en el hospital
o en el hogar.
Con respecto al contacto temprano se observó
que el mismo incrementa y facilita el amor paternal.
La relación padre-bebé: una revisión bibliográfica • A. Oiberman • 71 •
Los padres que tuvieron a sus recién nacidos en
brazos, jugaban más con ellos a los 3 meses de edad,
que aquéllos que no habían participado de la experiencia
.
Sin embargo, otros estudios no encontraron diferencias
en las conductas posteriores de apego entre
los padres que presenciaron el parto y tuvieron un
contacto estrecho con el recién nacido , y los que no
pasaron por dicha experiencia (Greenberg y Morris,
l982)(10).
Según estudios transculturales, sobre l20 culturas
diferentes, tan sólo el 27% admite la presencia
del padre en el momento del parto (Palkovitz, l985)(25).
Un estudio particular: el “ engrossement”
En lo referente al contacto temprano, los estudios
de Greenberg y Morris (l0) arrojaron resultados
altamente satisfactorios.
En efecto, estos autores descubrieron –a través
de un estudio realizado sobre dos grupos de quince
padres: un grupo que participó en el parto y el otro
que no lo hizo– lo que ellos han denominado el
“engrossement”.
Para nuestra lengua no existe un vocablo que lo
pueda traducir. Esta expresión implica varias cosas
para el padre en el momento del nacimiento del hijo:
Se trataría de un potencial innato que tiene el
padre y se desarrolla en el momento del nacimiento.
Implica:
• estar totalmente absorvido por la presencia del
bebé.
• manifestar preocupación e interés ante el nacimiento
del hijo.
• expresar una emoción intensa ante el nacimiento.
• sentir una intensa y característica emoción al
verse convertidos en padres.
Este trabajo –exclusivamente basado en cuestionarios
entregados a los padres, tanto a los que
habían presenciado el parto como a los otros– arrojó
los siguientes resultados:
El 97% (27 sobre 30 padres) definió su propio
sentimiento paterno de medio a alto.
El 67% (20 sobre 30 papás) lo “verificó” inmediatamente
después del nacimiento. En este caso la
pregunta consistía en: “¿Cuándo se dieron cuenta
que el niño era suyo?”
El 97% (29 sobre 30 hombres) estaban satisfechos
con el sexo del bebé.
El 90% se consideraba capaz de distinguir sus
hijos de los otros. Los que presenciaron el parto lo
podían reconocer siempre, mientras que los otros
sólo podían reconocerlo algunas veces.
Por otra parte, ambos grupos no pudieron distinguir
el llanto de su bebé del de los otros (7 sobre 30
padres) y tampoco podían atribuír al llanto un determinado
significado (59%).
El 90 % estaba de acuerdo en compartir con la
mujer el cuidado del bebé.
Y el 77% se consideraban dispuestos a tomar el
bebé en brazos.
De las entrevistas surgieron las siguientes características
del “engrossement”:
1) Conciencia “visiba” del neonato: el padre lo
percibe como una criatura, como un individuo. Existe
una concientización del bebé, y ello es también
suscitado en el padre a través del rostro del hijo,
que repercute mucho en el padre.
2) Conciencia táctil del neonato: existe de parte
del padre un deseo y placer intenso ante el contacto
fisico con el hijito recién nacido.
3) Conciencia de las características del neonato:
los padres son concientes de las características del
bebé.
4) El bebé es percibido como perfecto.
5) El padre siente un fuerte sentimiento de atracción
en la confrontación con el hijo, que lo lleva a
centrar la atención en el mismo.
6) La paternidad es vivida como una experiencia
de extrema exaltación. Generalmente, en los primeros
momentos el padre esta como “fuera de sí”,con
una sensación de euforia. Casi todos los padres
probaban este sentimiento y lo mantenían hasta los
2 y 3 días después.
7) El padre –ante el nacimiento del hijo– adquiere
un mayor sentimento de autoestima.
“Tengo la sensación de haber obtenido algo de mí,
lo he hecho yo y es mío …” (dice un padre)(10).
Además la normal actividad del bebé y su comportamiento
amplian el “engrossement” del padre.
Sintetizando, se observa lo siguiente:
No hay diferencia significativa entre los padres
que asisten al parto de aquellos que no asisten. Los
primeros contactos con el hijo permiten el desarrollo
de este sentimiento que se intensifica ante la
actividad del recién nacido.
Para finalizar, se puede pensar que el padre es una
presencia vital, desde la cual el niño extrae los elementos
necesarios para articular su propia identidad.
Y, a pesar que el hombre tiene un equipo
psicobiológico innato menos dotado que el de la
mujer en relación a la crianza del bebé, ello no le
impide cumplir un rol en el cuidado del mismo.
Las diferencias en el estilo paternal y maternal
tienen que ver con las contribuciones biológicas
diferentes. La madre y el padre se complementan y
posibilitan mayores efectos en la socialización y
desarrollo del niño.
• 72 • Rev. Hosp. Mat. Inf. Ramón Sardá 1994, XIII, Nº 2
Bibliografía de referencia:
1. Ajurriaguerra J. Manual de Psiquiatría Infantil.
Madrid: Toray-Masson, l977.
2. Castelian-Meunier. Los Nuevos Padres. Revista
La Nación, l97l.
3. Lamb M. The father’s role: Applied perspectives.
New York: Wiley, l986.
4. Lamb M. Associations between Parental
Agreement Regarding Child-Rearing and the
characteristics of families and children in
Sweden. New York: International Journal of
behavioral development, l988.
5. Levy. Maternal overprotection. New York: Columbia
University Press, l943.
6. Strecker J. The mothers’sons. Philadelphia:
Lippincott, l946.
7. Badinter E. Existe el amor maternal. Barcelona:
Paidós Educador, l980.
8. Badinter E. XY de l’identité masculine. París:
PUF, l993.
9. Sinay S. El varón contemporáneo ante el fin de
siglo. Notas Editoriales del Diario La Nación,
febrero l994.
10. Greenberg y Morris. Engrossment: The newborn
simpact upon the father. En Father and Child.
Developmental and Clinical perspectives. Stanley
Cath, Alan Gurwitt and John Munder Ross (Eds.
Boston: Little Brown and Co.,1982.
11. Munder Ross J. The Roots of fatherhood:
Excursions into the lost literature. En Father and
Child Developmental. Boston: Little Brown and
Co., l982.
12. Rascovsky A. El Filicidio: la agresión contra el
hijo. Barcelona: Paidós-Pomaire,198l.
13. Parke R.D. Fathers. Cambridge: Harvard
University Press, l98l.
14. Parke R, Tinsley E. Fathers as agent and recipients
of support in the posnatal period: Research on
support for parent in the posnatal period. C:F:
Zachaniah Boukydis. New York: Ablex Publication,
1987.
15. Lebovici S, Crémieux. A propós du role et de
l’image du pére. La psyquiatrie de l’ enfant, 2, l970.
16. Mahl J. Father-son themes in Freud self: Analysis.
En Father and Child. Developmental and Clinical
Perspectives. S. Cath, A. Gurwitt and J. Munder
Ross (Eds). Boston: Little Brown and Co., l982.
17. Winnicott. De la Pediatría al Psicoanálisis. Buenos
Aires: Laia, l975.
18. Lacan J. Ecrits. Paris: Editions du Seuil, l966.
19. Kestenberg J. The development of paternal attitudes,
en Father and Child, Cambridge: Harvard
University Press, l98l.
20. Russell. The Father and Its relation to
Masculinity, Femininity and Androgyny. Child
Development, l978, 49, ll74-ll8l.
21. Block J H. Another look at Sex Differentation in
the Socialization behaviors of mothers and
fathers, en Psychology of Women: Future
Directions of research. New York: Psychological
Dimensions, 1979, 25.
22. Berman P, Pedersen F. Men’s Transitions to
Parenthood. Lawrence Erlbaum Associates, New
Jersey: Inc, Publishers, Hillsdale, l987.
23. Kotelchuck. The infant’s relationship to the
father, en M. Lamb: The role of the father in Child
Development, l976.
24. Waters E, Wippman and Sroufe A. Attachment,
Positive Affect and Competence in the peer group:
two studies in Construct Validation. Child
Development, l979; 50: 821-829.
25. Palkovitz R. Fathers birth attendance, early
contact, and extenden contact with their
newborns a critical review. Child Development,
l985; 56.
Nadienegaráquelaeducacióndelajuventudesunodelasprincipalesobjetos
dellegislador, puestodoslosEstadosquenosehanocupado
suficientementedeestepunto, hanexperimentadogranperjuicio.
Aristóteles (384 a 322 a.C.)
sábado, 14 de noviembre de 2009
Mailing Perinatal UBA
Si estás ineresad@ en recibir información sobre novedades perinatales UBA, envía un mail con el asunto mailing perinatal al siguiente e-mail: psicologiaperinatal@gmail.com o mlecheverria@psi.uba.ar
Tenemos la intención de generar una red de contactos nacionales e internacionales para comentar, debatir y compartir.
Tenemos la intención de generar una red de contactos nacionales e internacionales para comentar, debatir y compartir.
lunes, 9 de noviembre de 2009
LA ESCRITURA DE TEXTOS CIENTÍFICOS
Normas APA
Aportes de la Lic. Liliana Nieri
Normas APA: consisten en normas estándar de redacción y publicación de textos científicos que facilitan la comunicación de nuevas ideas e investigaciones y simplifican la tarea de editores, autores y lectores.
A la hora de escribir…
¿Qué lenguaje debe utilizarse?
¿Qué extensión debe tener un Artículo científico?
¿Existen normas en cuanto a tipografías e interlineados?
A la hora de armar el artículo…
¿Cómo debe estar organizado un Artículo?
ESTRUCTURA DE UN ARTICULO CIENTIFICO
PORTADILLA
Título (e.g. Datos biográficos, personalidad y valores como predictores de trayectorias académicas de cadetes militares)
Autores
Titulillo: (e.g. Predictores de trayectorias académicas de cadetes militares)
RESUMEN
Se redacta en castellano y en inglés (Abstract)
Es una síntesis del contenido del Artículo
Debe ser preciso, completo, conciso y específico.
Se escribe al final
PALABRAS CLAVE (e.g. Predictores. Cadetes. Rendimiento académico)
INTRODUCCIÓN
No se rotula
Ir de lo general a lo particular. Resumir antecedentes teóricos y empíricos
Justificar la importancia de la investigación
Enunciar objetivos (e hipótesis del estudio)
Citas en el texto ATENCION NORMAS APA!!
METODO
Participantes
Instrumentos
Procedimiento
RESULTADOS (Tablas y figuras ---------- ATENCION NORMAS APA!!)
DISCUSIÓN
REFERENCIAS ---------- ATENCION NORMAS APA!!
CITAS
Al introducir un término técnico, se lo escribe en itálicas por única vez
Todos los autores citados en el cuerpo del trabajo deben figurar en las Referencias bibliográficas y viceversa. Debe existir una correspondencia exacta entre los autores citados y los referidos.
Citas en medio del texto (el autor cita con sus propias palabras a otro autor):
Ejemplo 1: Como sostiene Buss (1994), dolor, soledad y traiciones contrastan con los imaginarios sociales vigentes sobre la condición de salugénicos o virtuosos.
Ejemplo 2: Algunos autores han desarrollado propuestas teóricas interesantes para comprender el proceso humano de elección y consolidación de parejas desde una perspectiva socio-evolucionista (Buss & Schmitt, 1993; Gangestad & Simpsom, 2000; Kenrick & cols, 1990).
Ejemplo 3: Bradley et. al. encontraron que…
Citas textuales menores a cinco renglones:
Ejemplo: El objetivo último de esta organización consiste en “[...] revisar en la forma más completa posible los sistemas de pensamiento del desarrollo intelectual” (Raven, Court & Raven, 1993, p. 123)
Citas textuales de más de 40 palabras:
Ejemplo: Spearman (1955) concluyó en rescatar cierta parte debidamente justificada en cada una de las tres doctrinas inicialmente consideradas:
De este modo, la opinión monárquica se ve justificada por g, si vemos en éste a un gobernante constitucional, no despótico. Configura un poderoso factor del estado, pero no es el único. Y otra verdad más –que modifica y restringe a la anterior – ha de encontrarse en la posición `anárquica´. Porque además del factor g que gobierna sobre todos los procesos mentales, también existe el factor e, independiente en cada proceso. (p. 89)
REFERENCIAS
Libros:
Jacobs, P.I. (1977) Up the IQ! New York: Wyden Books.
Artículos de Journals:
Phillips, J. S. (1986). Notes on the practical and theoretical consequences of implicit leadership theories for the future of leadership measurement. Journal of Management, 12, 31-41.
Capítulos de libros:
Jensen, A.R. (1987) “Individual differences in mental ability”. En: Glover, J.A y Ronning, R.R. (Eds.) et al. Historical foundation of educational psychology. Perspectives on individual differences. New York: Plenum Press.
__________________________________________________________________________________
ANEXO I
Instructivo para la presentación de los trabajo finales de integración (TFI) - 2005
El siguiente instructivo contiene los criterios requeridos para la presentación de trabajos TFI.
Hojas A4, impresa en una sola carilla.
Tipografías aceptadas: Times New Roman, Arial, Tahoma, de 12 puntos. Para los títulos de tablas y gráficos puede utilizarse una tipografía más pequeña, de 10 ú 11 puntos (aunque las normas APA indican que siempre deben utilizarse un tamaño de 12 puntos, se acepta una tipografía menor para losTFI)
Espaciado: 1.5 espacios (aunque las normas APA indican un espaciado doble, para los TFI se requiere espacio interlíneas de 1,5)
Pueden utilizarse encabezados y notas al pie –aclaratorias, no para citar bibliografía-.
Todas las hojas deben numerarse. La numeración debe ubicarse en la parte superior derecha de la hoja.
Los títulos principales deben figurar en negrillas mayúsculas. Para títulos de apartados, subapartados y subapartados menores pueden utilizarse las negrillas comunes, las letras comunes, y las cursivas comunes, respectivamente. Se recomienda el uso de números para la identificación de capítulos y apartados. Ejemplo:
Capítulo 2. LA INTELIGENCIA: TEORIAS HEGEMONICAS EN LOS SIGLOS XIX Y XX
2.1. Las teorías monárquicas
2.2. Las teorías ologárquicas
2.3. Las teorías anárquicas
2.3.1. Los primeros enfoques
2.3.1.1. El estudio de los idiots savants
2.3.1.2. Las inteligencias múltiples
Si bien en las normas APA no se hace uso de negrillas en los títulos, a los fines del TFI se aceptarán las negrillas en los dos primeros niveles de títulos para su más clara visualización.
La redacción debe formularse en presente o pretérito, preferentemente en impersonal, manteniendo el estilo a lo largo de todo el trabajo. Ejemplos correctos:
La intención de este trabajo es investigar.....
El objetivo de esta tesis era realizar un seguimiento....
Ejemplo incorrecto:
Mi intención es analizar......
En el plan de TFI se debe utilizar el tiempo futuro para la descripción de la metodología elegida ya que se trata de un trabajo a realizar.
La tercera persona del plural solo se acepta si se refiere a Ud. y sus coautores, de lo contrario utilizar el impersonal.
Ejemplo correcto.
Los psicólogos tienden a centrarse en los aspectos más patológicos de sus pacientes...
Ejemplo incorrecto:
Nosotros tendemos a centrarnos en los aspectos más patológicos de nuestros pacientes.
Las tablas, gráficos, diagramas y otras ilustraciones: deben estar numeradas en orden consecutivo y tener título debajo (pie de la tabla).
Al introducir un término técnico, se lo escribe en itálicas por única vez.
No utilizar las comillas más que para citas textuales de menos de 40 palabras.
Todos los autores citados en el cuerpo del trabajo deben figurar en las referencias bibliográficas y viceversa. Debe existir una correspondencia exacta entre los autores citados y los referidos.
Citas en medio del texto (el autor cita con sus propias palabras a otro autor):
Ejemplos:
Como sostiene Buss (1994), dolor, soledad y traiciones contrastan con los imaginarios sociales vigentes sobre la condición de salugénicos o virtuosos.
Nuestro interés se centra en el estudio de las emociones románticas que hacen posible la elección, conformación y mantenimiento de las relaciones de pareja. Sobre la base de las ideas desarrolladas por Sternberg (1998) cabe plantear que los sentimientos referidos a
Algunos autores han desarrollado propuestas teóricas interesantes para comprender el proceso humano de elección y consolidación de parejas desde una perspectiva socio-evolucionista (Buss y Schmitt, 1993; Gangestad y Simpsom, 2000; Kenrick y cols, 1990).
Como puede apreciarse, se incluye sólo el apellido del autor, sin nombre ni iniciales ni títulos de grado o posgrado, más el año de publicación (letra común y entre paréntesis). Cuando va al final de la oración, el punto se pone después del último paréntesis (ver última cita). Cuando en un mismo paréntesis se citan varios autores o grupos de autores, se los separa con punto y coma, que se ubica entre el año del primer autor o grupo y el primer autor del grupo siguiente; en estos casos, los grupos o autores se ordenan alfabéticamente por apellido del primer autor del grupo y no cronológicamente dentro del paréntesis (ver última cita).
Citas textuales menores a cinco renglones:
Ejemplos:
....cierto solapamiento en el pasaje de una serie a la siguiente. El objetivo último de esta organización consiste en “[...] revisar en la forma más completa posible los sistemas de pensamiento del desarrollo intelectual” (Raven, Court y Raven, 1993, p. 123)
Nótese que puede fraccionarse o suprimirse texto irrelevante usando los corchetes y los puntos suspensivos. Para la cita se usan comillas. Figura la página además de autor y año. Por tratarse de una cita textual inferior a cinco renglones, se ubica continuando la oración que la introduce.
Citas textuales de más de 40 palabras:
Ejemplos:
Procediendo de la manera mencionada, Spearman (1955) concluyó en rescatar cierta parte debidamente justificada en cada una de las tres doctrinas inicialmente consideradas:
De este modo, la opinión monárquica se ve justificada por g, si vemos en éste a un gobernante constitucional, no despótico. Configura un poderoso factor del estado, pero no es el único. Y otra verdad más –que modifica y restringe a la anterior – ha de encontrarse en la posición `anárquica´. Porque además del factor g que gobierna sobre todos los procesos mentales, también existe el factor e, independiente en cada proceso. (p. 89)
Por tratarse de una cita más extensa que la anterior, se coloca cinco espacios ó 1,3 cm del margen izquierdo, sin comillas. Figura la página además del autor y año. Si el autor y año ha sido ya mencionado, indique solo la página a continuación de la cita. Entre el texto y el bloque de cita, se escriben dos puntos para iniciar la citación
4. Referencias bibliográficas: Obsérvese que el año se coloca entre paréntesis, a continuación de los autores y antes del título del libro o artículo. No se ubica al final; esta es una norma anticuada.
4ª) Libros:
Jacobs, P.I. (1977) Up the IQ! New York: Wyden Books.
Apellido de autor, con iniciales (en letra común). Título en itálicas. Ciudad (letra común), dos puntos: nombre de la editorial (sin poner la palabra “editorial”), también en letra común. El subrayado del título del libro corresponde a una norma sin vigencia actual.
4b) Artículos de Journals:
Jensen, A.R. (1969) Intelligence, learning ability and socioeconomic status. Journal of Special Education, 3 (1): 23-25
Apellido de autor, iniciales del/los nombre/s, año entre paréntesis.
Título del artículo en letra común, nombre del journal en itálicas, número, volumen y páginas desde y hasta donde se extiende tal artículo.
4c) Capítulos de libros:
Si el autor del capítulo es el de todo el libro, se cita igual que para libros (4ª). Si es un libro compilado por alguien diferente al autor del capítulo que se cita, se escribe así:
Jensen, A.R. ( 1987) “Individual differences in mental ability”. En: Glover, J.A y Ronning, R.R. (Eds.) et al. Historical foundation of educational psychology. Perspectives on individual differences. New York: Plenum Press.
Autor y año igual que siempre. Título del capítulo en letra común y entre comillas. Siguen los nombres de los compiladores luego de la palabra En, seguida de dos puntos. Título del libro en itálicas. Ciudad: editorial en letra común, sin la palabra “editorial”.
4d) Comunicaciones personales:
Jensen, A.R. (1983) Comunicación personal a Flynn del 12 de enero y 3 de febrero.
La anterior es una comunicación personal de Jensen a Flynn, que Flynn cita en un artículo de su autoría.
Si la comunicación fue hecha al autor de la tesis (comunicación hecha por M. Zorreguieta al autor de la tesis):
Zorreguieta, M. (2002) Comunicación personal del 12 de enero.
4e) Recuperación de información: fuente electrónicas
Elustondo, G. (2004, 18 de abril). Estrés: el legado de la crisis. Recuperado el 30 de junio de 2005, de http://www.clarin.com/suplementos/zona/2004/04/18/z-03215.htm
Si la información se obtuvo de un documento de internet, proporcione la dirección electrónica del mismo al final del enunciado de recuperación.
Letra común para todos los casos. Nunca citar títulos ni posiciones académicas, ni nombres de pila. En casos de comunicaciones personales al autor de la tesis, conviene enviar el borrador al autor y esperar su conformidad.
Las anteriores son las normas más corrientes que suelen utilizarse; el resto de las mismas puede consultarse en el correspondiente manual (APA, 2002), que se encuentra en la Biblioteca de la Universidad.
Las normas gramaticales y ortográficas corresponden a las que dicta la Real Academia Española. En caso de ser necesario, se recomienda consultar cualquier manual actualizado de gramática y ortografía castellanas, el diccionario oficial de la lengua española (Real Academia Española, 2001) y cualquier texto sobre estilo de redacción.
Referencias bibliográficas:
American Psychological Association (2002). Manual de estilo de publicaciones. México: El Manual Moderno.
Real Academia Española (2001) Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición. Madrid: Espasa Calpe.
TRABAJO FINAL
REGLAS PARA CITAS BIBLIOGRÁFICAS
Aportes de la Dra. Edith Vega
Libros y otros manuscritos
Autor{es) personal{es)
Formato
Autor. Título de la obra. Número de edición. Lugar: Editor; fecha.
Ejemplo
Laudon KC, Laudon JP. Administración de los sistemas de información:
organización y tecnología. 3ª Ed. México, DF: Prentice Hall
Hispanoamericana; 1996.
Se citan los primeros seis autores (apellido iniciales) separados por coma y si son más se coloca la expresión "et al.". A continuación se indica el título de la obra. Si la obra tiene ediciones mencionadas en la portada, se indica a continuación del título, por ejemplo: 2ª ed. Siempre debe indicarse en este orden los siguientes datos: lugar, editor y fecha de publicación. Por ejemplo: Madrid: Salvat; 1998.
El editor o compilador como autor
Formato
Apellido Iniciales, editor. Título de la obra. Número de edición. Lugar. Editor; fecha.
Ejemplo
Pozo Municio JI, compilador. La solución de problemas. Buenos Aires : Santillana; 1997.
Se citan los editores en el mismo formato que los autores personales (apellido iniciales del nombre), separados por coma y al final se indica según corresponda editor o compilador. El resto de la cita es igual al caso de autores personales.
Instituciones como autor
Formato
Nombre de la institución. Título de la obra. Número de edición. Luga : Editor; fecha.
Ejemplo
Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. 21ª ed. Madrid: Espasa; 1992.
El nombre de la institución se cita al comienzo como si fuera un autor personal. El nombre de la institución se indica tal cual como se lo conoce o aparece en la fuente, sin hacer inversiones. A veces puede aclarase el nombre del país entre paréntesis al final para distinguir instituciones con nombres similares, por ejemplo: Biblioteca Nacional
(España). El resto del formato es igual a libros con autor personal.
Capítulo de un libro
Formato
Autor del capítulo. Título del capítulo. En: Autor de la obra completa. Título de la obra completa. Número de edición. Lugar: Editor; fecha. p. primera y última página del capítulo.
Ejemplo
Domínguez Castillo J. La solución de problemas en Ciencias Sociales. En: Pozo Municio JI,
compilador. La solución de problemas. Buenos Aires: Santillana; 1997. p. 134-78.
Se citan primero en el formato habitual el o los autores del capítulo. A continuación se indica el nombre del capítulo. Luego se pone En: y se colocan lo datos de la obra principal. Después de la fecha de publicación se pone la abreviatura p. y se indica la primera y última página del capítulo citado.
Trabajo presentado a un congreso o conferencia
Formato
Autor del trabajo. Título del trabajo. Nombre del Congreso; año calendario me, días del congreso; Lugar, País del congreso. Lugar: Editor; fecha.
Ejemplo
Kimura J, Shibasaki H, editors. Recent advances in clinical neurophysiology. Proceedings of the 10th International Congress of EMG and Clinical Neurophysiology; 1995 Oct 15-19; Kyoto, Japan. Amsterdam: Eisevier; 1996.
En este caso se trata de un trabajo presentado a un congreso y publicado de manera independiente. Se citan primero en el formato habitual el o los autores del trabajo. A continuación se indica el nombre de las actas, o del congreso. Luego separado por punto y coma se indica el año mes y días del congreso. A continuación y separado por punto y coma se indica la ciudad coma país del congreso. Luego se indica Lugar : Editor; fecha de publicación de las actas. Estos últimos tres datos no son necesariamente iguales a los datos del congreso.
Trabajo publicado en las actas de un congreso o conferencia
Formato
Autor del trabajo. Título del trabajo. En: Nombre del Congreso; año calendario mes y días del congreso; Lugar, País del congreso. Lugar : Editor; fecha. p. primera y última página del trabajo.
Ejemplo
Branch B, Baker C Superando los problemas de administración de las cooperativas de crédito. ¿Qué se requiere? En: Anales II Foro Interamericano de la Microempresa; 1999 Junio 24-26; Buenos Aires, Argentina. Buenos Aires: CP Producciones; 2000. p. 81-95.
En este caso se trata de un trabajo publicado dentro de las actas del congreso.
Se citan primero en el formato habitual el o los autores del trabajo. A continuación se indica el título del trabajo. Luego se pone En: y se colocan los datos de la conferencia o congreso, como en el ejemplo anterior, seguidos por el lugar, editor y fecha de publicación de las actas. Al final se pone la abreviatura p. y se indica la primera y última página del capítulo citado.
Tesis
Formato
Autor. Título de la tesis [tesis]. Lugar : Universidad; fecha.
Ejemplo
Butman S. Consideraciones generales de la involución en el vínculo familia / escuela [tesis]. Buenos Aires: Universidad Abierta Interamericana; 2000.
Se cita primero el autor, seguido por el título de la tesis. Entre corchetes se aclara que se trata de una tesis. Los datos de publicación están referidos a la Universidad donde se presentó la tesis y la fecha en que se presentó. En el caso del ejemplo se trata de una tesis presentada en 2000 en la UAI de Buenos Aires.
Artículo estándar de revista científica
Formato
Autor. Título del artículo. Título de la revista Año calendario fecha; número de
volumen (número de fascículo): primera y última página.
Ejemplo
Pampillón R, Uxó J. Política Económica de la Unión Europea. Política Exterior 2001; 15 (81): 120-35.
Se citan los primeros seis autores (apellido iniciales) separados por coma y si son más se coloca la expresión "et al." A continuación se indica el título del artículo. Al final se indica la fuente o sea los datos de la revista donde se publicó el artículo. Los datos de la revista necesarios para identificar el artículo son: título (completo o abreviado) año calendario; la fecha (es opcional y solamente en el caso que cada fascículo la tenga), separado por punto y coma se coloca el número de volumen y entre paréntesis el número de fascículo; separado por dos puntos la primera y última página del artículo.
Artículo publicado por una institución
Formato
Nombre de la institución. Título del artículo. Título de la revista Año calendario fecha; número de volumen (número de fascículo): primera y última página.
Ejemplo
The Cardiac Society of Australia and New Zealand. Clinical exercise stress testing. Safety and performance guidelines. Med J Aust 1996; 164:282-4.
El nombre de la institución se cita al comienzo como si fuera un autor personal. El nombre de la institución se indica tal cual como se lo conoce o aparece en la fuente, sin hacer inversiones. El resto del formato es igual al artículo estándar .
Artículo sin autor
Formato
Título del artículo [tipo de artículo] .Título de la revista Año calendario fecha;número de volumen (número de fascículo): primera y última página.
Ejemplo
Desorden en la posguerra fría : se multiplican los desafíos para EE.UU.
[editorial]. Política Exterior 2001; 15(81 ):5-6.
Se indica directamente el título y se agrega entre corchetes [] el tipo de documento, por ejemplo [editorial]
Artículo en un periódico
Formato
Autor. Título del artículo. Nombre del periódico año calendario mes día; sección: página (número de la columna).
Ejemplo
Lee G. Hospitalizations tied to ozone pollution: study estimates 50,000 admissions annually. The Washington Post 1996 Jun 21; Sect. A:3 (col. 5).
El autor y título del artículo se citan como en cualquier otro caso. A continuación se indica el nombre del periódico seguido por año mes y día de publicación sin ninguna puntuación. Luego de punto y coma se indica la sección (si corresponde) dos puntos se pone directamente el número de página y entre paréntesis la columna y el número.
Material audiovisual
Formato
Título del material. [tipo de material]. Lugar: Editor; fecha.
Ejemplo
HIV+/AIDS: the facts and the future [videocassette]. St. Louis (MO): Mosby-
Year Book; 1995.
Si tuviera autor se indicaría en primer lugar, de lo contrario se entra directamente por título seguido entre corchetes por la indicación del tipo de material. Por ejemplo [video], [cassette], etc. Luego se indica lugar editor y fecha de publicación con la puntuación habitual.
Artículo de revista en formato electrónico
Formato
Autor. Título del artículo. Título de la revista [revista en línea] año mes; volumen (fascículo): [cantidad de pantallas]. Disponible desde: URL: ...
Ejemplo
Morse SS. Factors in the emergence of ínfectious diseases. Emerg Infect Dis [revista en línea] 1995 Jan-Mar [cited 1996 Jun 5]; 1 (1):[24 pantallas].
Disponible desde: URL: http://www.cdc.gov/ncidod/EID/eid.htm
Se cita igual que un artículo de revista impresa, pero al título de la revista se le agrega entre corchetes la expresión revista en línea. Luego se indica la fecha igual que en una publicación impresa, pero en vez de poner las páginas, se pone entre corchetes la cantidad de pantallas. Al final se indica el sitio web donde está disponible el artículo.
Nota aclaratoria
La versión completa de los Uniform requirements for manuscripts submitted toBiomedical Journals está disponible en:http://jama.ama-assn.org/info/auinst_rq.html
La versión impresa está publicada en Medical Education 1999; 33(1):66-78.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Alumnas comisión Nº 10:
TRABAJO FINAL DE PSICOLOGÍA PERINATAL
FORMATO DE PRESENTACIÓN
Es condición para aprobar la materia, entregar un trabajo final que puede ser:
a) la grabación, desgrabación y análisis de una entrevista administrada durante la cursada.
b) Un Proyecto de Investigación que esté relacionado con algunos de los temas abordados durante la cursada. El mismo puede hacer referencia a un caso o bien a algún aporte que el alumno pueda hacer al campo de la Psicología Perinatal.
PAUTAS FORMALES
I.Carátula.
Es imprescindible que la Carátula cuente con la siguiente información:
1) Nombre de la Institución Educativa (Facultad de psicología, UBA).
2) Asignatura (Práctica Profesional del Área Clínica Nº 721/ “Psicología Perinatal”
3) Titular de cátedra (Dra. Alicia Oiberman)
4) Tutora a cargo y Nº de Comisión de TP.
5) Institución en que fue realizada la Práctica Profesional.
6) Día y horario de cursada.
7) Nombre y apellido del alumn@
8) Nº de Libreta Universitaria y DNI.
9) Año y Cuatrimestre en que fue cursada la Práctica Profesional.
II. Introducción.
La introducción debe contar con:
1) En la primer hoja el título del trabajo.
2) En la segunda hoja un abstract de no más de 300 palabras y debajo del mismo hasta cinco “Palabras Clave”
3) La introducción propiamente dicha.
III. Desarrollo.
El desarrollo debe ser claro y organizado, se sugiere realizar primeramente a modo de borrador un “mapa de desarrollo” en el que se expresen los títulos de los sectores a abordar. Es importante que el alumno logre una hilación adecuada de temas y contenidos.
Tanto en este sector como en el resto del trabajo, es pertinente citar adecuadamente frases, conceptos y/o alusiones a otros trabajos, teorías, textos, autores, etc.
De haberse utilizado algún instrumento o herramienta en el trabajo presentado, se debe adjuntar en el sector “Anexos” (por ejemplo: Planillas de registro, protocolos diseñados, Entrevistas Perinatales, Pediátricas u Obstétricas).
IV. Conclusión.
La Conclusión debe dar cuenta de un recorrido por el trabajo orientado a modo de cierre de la hipótesis desarrollada haya sido corroborada o refutada y en cada caso según corresponda argumentar pertinentemente la corroboración o refutación de la misma.
También debe incluir la impresión personal, el modo de implicación del alumn@ en la tarea desarrollada.
V Anexos.
En el sector anexos, como ya se hubiera mencionado anteriormente, el alumno incluirá todo material extra que considere necesario y complemente el trabajo presentado.
A su vez, deberá incluír:
1) la hoja de consentimiento firmada por sí o por no con la correspondiente aclaración de firma, DNI, Nº de Libreta Universitaria, teléfono de línea y celular, correo electrónico y dirección. (En función de autorizar o no a la cátedra a publicar y/o divulgar su trabajo como material de cátedra, publicarlo en algún libro o material electrónico – CD/DVD/Blog/Página Web/Publicación Científica, etc-. En todo caso, la Cátedra siempre aclarará que el trabajo es autoría del alumn@ con Nombre y Apellido del mismo.
2) Un CD o DVD con el contenido del trabajo en su versión electrónica.
Formato de consentimiento:
En el día de la fecha, …..../…...../….....
Yo: ………………………………………………………………..................................
DNI Nº:………………………………… y LU Nº: …………………………………..
Autorizo a la Cátedra de Psicología Perinatal (Práctica Profesional de orientación clínica nº 721, Titular: Dra. Alicia Oiberman) a publicar y/o divulgar el presente trabajo titulado: ………………………………………………………………………………………….
como material de cátedra, publicarlo en algún libro o material electrónico – CD/DVD/Blog/Página Web/Publicación Científica, etc-. En todo caso, la Cátedra siempre aclarará que el trabajo es autoría del alumn@ con Nombre y Apellido del mismo.
Tachar lo que NO corresponda:
Si autorizo /// No autorizo
Contacto para avisar sobre la publicación del trabajo:
e-mail: …………………………………………………………………………………………
e-mail alternativo:………………………………………………………………………………
Tel fijo: ………………………………………………………………………………………..
Tel fijo alternativo: …………………………………………………………………………….
Cel: ……………………………………………………………………………………………
Domicilio:
Calle:…………………………………………………………………………………………...
Depto:……………………………………… C.P.: …………………………………………....
Provinicia: …………………………………….Ciudad: …………………………………….....
Firma y aclaración:
…………………………………………………………………….
sábado, 5 de septiembre de 2009
Info sobre comisiones de la Cátedra 1º Cuatrimestre 2010
Teóricos a cargo de la Lic. Andrea Mercado
Día: martes 14:30 a 16:00, sede Hipóito Yrigoyen, aula 013
Consultas: psicologiaperinatal@gmail.com
Comisiones:
[ 1 ] Tutora a cargo: Lic. Elena Galíndez (lunes 09:00 a 13:00, Hospital Naval)
[ 2 ] Tutora a cargo: Dra. Alicia Oiberman (lunes 14:00 a 18:00, Hospital A. Goitía)
[ 3 ] Tutora a cargo: Lic. Marcela Misic (miércoles 10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 4 ] Tutora a cargo: Dra. Edith Vega (jueves 08:00 a 12:00, Fundación Hospitalaria)
[ 5 ] Tutora a cargo: Lic. Miryam Galli (jueves10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 6 ] Tutora a cargo: Lic. Mariela Mansilla (miércoles 10:00 a 14:00, Hospital Meléndez)
[ 7 ] Tutora a cargo: Lic. Estela Chardón (jueves 09:00 a 13:00, Fundación Hospitalaria)
[ 8 ] Tutora a cargo: Lic. Ivanna Dehollainz (martes de 09:30 a 13:00, Hospital Meléndez)
[ 9 ] Tutora a cargo: Lic. Aurora Lucero (miércoles 10:00 a 14:00, Fundación Hospitalaria)
[ 10 ] Tutora a cargo: Lic. María Lorena Echeverría (martes 10:00 a 14:00, Fundación Hospitalaria)
[ 11 ] Tutora a cargo: Lic. Paolini Cynthia (martes 10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 12 ] Tutora a cargo: Lic. María Soledad Santos (jueves 10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 13 ] Tutora a cargo: Lic. Liliana Nieri (lunes 10:30 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 14 ] Tutora a cargo: Lic. María Juliana Cantello (miércoles 10:00 a 14:00, Hospital Naval)
Día: martes 14:30 a 16:00, sede Hipóito Yrigoyen, aula 013
Consultas: psicologiaperinatal@gmail.com
Comisiones:
[ 1 ] Tutora a cargo: Lic. Elena Galíndez (lunes 09:00 a 13:00, Hospital Naval)
[ 2 ] Tutora a cargo: Dra. Alicia Oiberman (lunes 14:00 a 18:00, Hospital A. Goitía)
[ 3 ] Tutora a cargo: Lic. Marcela Misic (miércoles 10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 4 ] Tutora a cargo: Dra. Edith Vega (jueves 08:00 a 12:00, Fundación Hospitalaria)
[ 5 ] Tutora a cargo: Lic. Miryam Galli (jueves10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 6 ] Tutora a cargo: Lic. Mariela Mansilla (miércoles 10:00 a 14:00, Hospital Meléndez)
[ 7 ] Tutora a cargo: Lic. Estela Chardón (jueves 09:00 a 13:00, Fundación Hospitalaria)
[ 8 ] Tutora a cargo: Lic. Ivanna Dehollainz (martes de 09:30 a 13:00, Hospital Meléndez)
[ 9 ] Tutora a cargo: Lic. Aurora Lucero (miércoles 10:00 a 14:00, Fundación Hospitalaria)
[ 10 ] Tutora a cargo: Lic. María Lorena Echeverría (martes 10:00 a 14:00, Fundación Hospitalaria)
[ 11 ] Tutora a cargo: Lic. Paolini Cynthia (martes 10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 12 ] Tutora a cargo: Lic. María Soledad Santos (jueves 10:00 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 13 ] Tutora a cargo: Lic. Liliana Nieri (lunes 10:30 a 14:00, Hospital A. Goitía)
[ 14 ] Tutora a cargo: Lic. María Juliana Cantello (miércoles 10:00 a 14:00, Hospital Naval)
sábado, 29 de agosto de 2009
Introducción a la Psicología Perinatal
¿Qué es la Psicología Perinatal?...
Es una nueva área de la Psicología que aporta conocimientos y adecuadas herramientas para ayudar a las familias contemporáneas, en los diversos procesos de crecimiento involucrados en todo aquello que rodea (peri) el suceso del nacimiento (natal) de los hijos y los padres.
Toma su raíz en la Psicología de la Primera Infancia, referida a la evolución del desarrollo infantil entre los 0 y 3 años de edad. Por esto es parte de ella y además extiende sus fronteras a la etapa del embarazo, parto, pos-parto y puerperio. Podemos decir que desde que el deseo de hijo se manifiesta en la pareja, la Psicología Perinatal está allí presente y dispuesta a acompañar, contener y colaborar con la nueva familia.
Usted se preguntará: ¿de qué manera un Psicólogo puede intervenir en situaciones de este tipo?... básicamente se trabaja interdisciplinariamente; esto quiere decir que el trabajo del Psicólogo Perinatal no queda aislado dentro de su consultorio. Trabaja comunicándose con el Pediatra, el Obstetra, la Obstétrica, el Ginecólogo, el Neonatólogo, los Enfermeros, la Familia y demás personas involucradas en la situación en que interviene, según el caso. Hace hincapié en los vínculos que se dan en las diferentes relaciones (madre-padre-bebé; médico-paciente, etc…) y sus procesos de comunicación relacionados con el crecimiento. Esto es posible en el consultorio y no sólo allí, también en visitas domiciliarias, en salas de internación, en terapia intensiva neonatal y en dónde la intervención sea requerida.
¿Cuáles son concretamente las aplicaciones clínicas de la Psicología Perinatal?... El campo se divide en tres grandes áreas: ANTES, DURANTE Y DESPUÉS del nacimiento.
ANTES: Surge el deseo de tener un hijo y con él, no todos pero algunos padres sienten inseguridades; brotan ansiedades, incertidumbres, miedos; a veces se encuentran con fenómenos de infertilidad; se necesitan estudios médicos, análisis clínicos y son percibidos por la madre y/o el padre como una amenaza o invasión a su cuerpo. En esta etapa el trabajo hace foco en la pareja y sus estrategias de afrontamiento –individuales y conjuntas- ante los hechos significados como traumáticos.
DURANTE: El embarazo ya está, pero surgen excesivas emociones a veces incontrolables (angustia-alegría, temor, dolor, estrés). Puede que haya complicaciones inesperadas como: internaciones, amenazas de parto prematuro, indicaciones de reposo, interrupciones en la gestación, embarazos múltiples o embarazos tempranos en madres adolescentes a quienes les cuesta re-organizar su propio proceso de crecimiento. En esta etapa, además de las estrategias de afrontamiento se focaliza en la contención y la importancia de aprender a poner en palabras las emociones.
DESPUÉS: Llega el bebé y con él el amamantamiento y sus variadas dificultades, la mamá se tensiona y el vínculo se complica; cuesta entender las necesidades de ambos; pueden surgir sentimientos de culpa y sensación de pérdida del control o bien, el bebé nació prematuramente e inquieta a los padres conocer si el evento tuvo consecuencias en el desarrollo actual o futuro del niño. Aquí, además de los aportes mencionados en las etapas anteriores, se utiliza la evaluación y seguimiento del desarrollo de la inteligencia en los bebés mediante la EAIS (Escala Argentina de Inteligencia Sensoriomotriz) y se orienta en estimulación temprana/oportuna discriminando por áreas, si el desarrollo del niño es adecuado en lo social, en el lenguaje, en lo motriz, en la coordinación y globalmente.
Esta herramienta es muy útil en los niños prematuros porque permite detectar si la edad mental (desarrollo mental que tiene) posee correlato o no con la edad cronológica (desarrollo mental que debería tener) y da pautas sobre cómo lograr, de ser detectado un desfasaje, que éste sea compensado o bien, determinar con mayor precisión -desde los 6 meses de edad- qué tan significativo puede llegar a ser el retraso o disfuncionalidad del niño. Tener noticia de esto antes de los 2 años es de significativa importancia ya que la plasticidad neuronal en esta edad da más esperanzas en pos de reparar el daño y un consecuente mejor pronóstico de evolución sensorio-motriz y cognitivo.
Ante estas situaciones e incluso otras similares, la Psicología Perinatal tiene aportes y técnicas, con las que es posible mejorar la Calidad de Vida de los padres y los bebés. Muchas veces, con una breve y focalizada intervención del profesional Psicólogo, es posible vivenciar de un modo diferente estos acontecimientos y otros similares como ser: la preparación psicológica adecuada para afrontar una intervención quirúrgica o una enfermedad orgánica; la puesta de límites en la infancia y las relaciones interpersonales familiares.
Así es como la Psicología Perinatal e Infantil ofrece herramientas adecuadas para afrontar y construir, junto a los padres, respuestas posibles a estas inquietudes y a tantas otras que irán surgiendo a lo largo del desarrollo infantil y familiar.
__________________________________________________________________________________
* Licenciada en Psicología (U.B.A.). Docente (UBA).
Técnica en E.A.I.S. [Escala Argentina de Inteligencia Sensorio-Motriz] (CIIPME-CONICET)
Docente de la Cátedra de Psicología Perinatal de la Facultad de Psicología de la U.B.A.
Miembro del Equipo de Psicología Perinatal de la Fundación Hospitalaria- Hospital Privado de Niños.
Lic. María Lorena Echeverría*

Toma su raíz en la Psicología de la Primera Infancia, referida a la evolución del desarrollo infantil entre los 0 y 3 años de edad. Por esto es parte de ella y además extiende sus fronteras a la etapa del embarazo, parto, pos-parto y puerperio. Podemos decir que desde que el deseo de hijo se manifiesta en la pareja, la Psicología Perinatal está allí presente y dispuesta a acompañar, contener y colaborar con la nueva familia.
Usted se preguntará: ¿de qué manera un Psicólogo puede intervenir en situaciones de este tipo?... básicamente se trabaja interdisciplinariamente; esto quiere decir que el trabajo del Psicólogo Perinatal no queda aislado dentro de su consultorio. Trabaja comunicándose con el Pediatra, el Obstetra, la Obstétrica, el Ginecólogo, el Neonatólogo, los Enfermeros, la Familia y demás personas involucradas en la situación en que interviene, según el caso. Hace hincapié en los vínculos que se dan en las diferentes relaciones (madre-padre-bebé; médico-paciente, etc…) y sus procesos de comunicación relacionados con el crecimiento. Esto es posible en el consultorio y no sólo allí, también en visitas domiciliarias, en salas de internación, en terapia intensiva neonatal y en dónde la intervención sea requerida.
¿Cuáles son concretamente las aplicaciones clínicas de la Psicología Perinatal?... El campo se divide en tres grandes áreas: ANTES, DURANTE Y DESPUÉS del nacimiento.
ANTES: Surge el deseo de tener un hijo y con él, no todos pero algunos padres sienten inseguridades; brotan ansiedades, incertidumbres, miedos; a veces se encuentran con fenómenos de infertilidad; se necesitan estudios médicos, análisis clínicos y son percibidos por la madre y/o el padre como una amenaza o invasión a su cuerpo. En esta etapa el trabajo hace foco en la pareja y sus estrategias de afrontamiento –individuales y conjuntas- ante los hechos significados como traumáticos.
DURANTE: El embarazo ya está, pero surgen excesivas emociones a veces incontrolables (angustia-alegría, temor, dolor, estrés). Puede que haya complicaciones inesperadas como: internaciones, amenazas de parto prematuro, indicaciones de reposo, interrupciones en la gestación, embarazos múltiples o embarazos tempranos en madres adolescentes a quienes les cuesta re-organizar su propio proceso de crecimiento. En esta etapa, además de las estrategias de afrontamiento se focaliza en la contención y la importancia de aprender a poner en palabras las emociones.
DESPUÉS: Llega el bebé y con él el amamantamiento y sus variadas dificultades, la mamá se tensiona y el vínculo se complica; cuesta entender las necesidades de ambos; pueden surgir sentimientos de culpa y sensación de pérdida del control o bien, el bebé nació prematuramente e inquieta a los padres conocer si el evento tuvo consecuencias en el desarrollo actual o futuro del niño. Aquí, además de los aportes mencionados en las etapas anteriores, se utiliza la evaluación y seguimiento del desarrollo de la inteligencia en los bebés mediante la EAIS (Escala Argentina de Inteligencia Sensoriomotriz) y se orienta en estimulación temprana/oportuna discriminando por áreas, si el desarrollo del niño es adecuado en lo social, en el lenguaje, en lo motriz, en la coordinación y globalmente.
Esta herramienta es muy útil en los niños prematuros porque permite detectar si la edad mental (desarrollo mental que tiene) posee correlato o no con la edad cronológica (desarrollo mental que debería tener) y da pautas sobre cómo lograr, de ser detectado un desfasaje, que éste sea compensado o bien, determinar con mayor precisión -desde los 6 meses de edad- qué tan significativo puede llegar a ser el retraso o disfuncionalidad del niño. Tener noticia de esto antes de los 2 años es de significativa importancia ya que la plasticidad neuronal en esta edad da más esperanzas en pos de reparar el daño y un consecuente mejor pronóstico de evolución sensorio-motriz y cognitivo.
Ante estas situaciones e incluso otras similares, la Psicología Perinatal tiene aportes y técnicas, con las que es posible mejorar la Calidad de Vida de los padres y los bebés. Muchas veces, con una breve y focalizada intervención del profesional Psicólogo, es posible vivenciar de un modo diferente estos acontecimientos y otros similares como ser: la preparación psicológica adecuada para afrontar una intervención quirúrgica o una enfermedad orgánica; la puesta de límites en la infancia y las relaciones interpersonales familiares.
Así es como la Psicología Perinatal e Infantil ofrece herramientas adecuadas para afrontar y construir, junto a los padres, respuestas posibles a estas inquietudes y a tantas otras que irán surgiendo a lo largo del desarrollo infantil y familiar.
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* Licenciada en Psicología (U.B.A.). Docente (UBA).
Técnica en E.A.I.S. [Escala Argentina de Inteligencia Sensorio-Motriz] (CIIPME-CONICET)
Docente de la Cátedra de Psicología Perinatal de la Facultad de Psicología de la U.B.A.
Miembro del Equipo de Psicología Perinatal de la Fundación Hospitalaria- Hospital Privado de Niños.
jueves, 27 de agosto de 2009
Equipo de Psicólogas Perinatales
El Staff de Profesionales que integran este equipo está constituido por:
Dra. Alicia Oiberman
Dra. Edith Vega
Lic. María Soledad Santos
Lic. Mariela Luz Mansilla
Lic. Elena Teresa Galíndez
Lic. Andrea Mercado
Lic. Miryam Alejandra Galli
Lic. María Lorena Echeverría
Lic. María Juliana Cantello
Lic. Aurora Lucero
Lic. Ivanna Dehollianz
Lic. Estela Chardón
Lic. Cynthia Paolini
Lic. Marcela Misic
Lic. Liliana Nieri
Dra. Alicia Oiberman
Dra. Edith Vega
Lic. María Soledad Santos
Lic. Mariela Luz Mansilla
Lic. Elena Teresa Galíndez
Lic. Andrea Mercado
Lic. Miryam Alejandra Galli
Lic. María Lorena Echeverría
Lic. María Juliana Cantello
Lic. Aurora Lucero
Lic. Ivanna Dehollianz
Lic. Estela Chardón
Lic. Cynthia Paolini
Lic. Marcela Misic
Lic. Liliana Nieri
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